Un riesgo que afecta más a los hombres mayores: cáncer de vejiga
16 de Mayo 2025 | Publicado por: Diario Concepción

Es la novena patología oncológica más común en el mundo, cada año en Chile se diagnostican cerca de 1.400 casos y provoca más de 600 muertes, en su gran mayoría hombres que se ven afectados 3,5 veces más que las mujeres.
Son los datos más actuales que maneja el Observatorio Global del Cáncer (Globocan) para el cáncer de vejiga en el país, al que cada 5 de mayo se dedica un día mundial para generar consciencia sobre su existencia e impactos, y así impulsar avances para su pesquisa y abordaje oportuno y exitoso que permita que cada vez más salvar tanto su vida como la calidad.
Aunque a nivel nacional su cobertura está garantizada a través del Sistema GES (Garantías Explícitas en Salud), hay diversos desafíos sociales y sanitarios a superar para cambiar la compleja realidad que se refleja en las estadísticas, desde la educación y promoción en salud para la población, hasta la especialización y el acceso a tratamientos oportunos y mejores. Materia que aborda el doctor Pablo Merino, jefe de Oncología en Hospital Las Higueras de Talcahuano y del Centro Oncológico de la Clínica Sanatorio Alemán de Concepción, además de docente en la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción (UdeC).
Síntomas comunes para sospechar
“El cáncer de vejiga es muy agresivo, tiende a tener múltiples recurrencias, y predomina más en los hombres de edad avanzada”, advierte el doctor Merino, médico internista y oncólogo. El diagnóstico se concentra en varones entre 65 y 70 años.
Y afirma que son personas que ven muy deteriorada su normal desenvolvimiento y calidad de vida diaria en el transcurso de la patología, como de otras que afecten a la vejiga, dada la afección a su función fisiológica esencial de almacenar la orina que en cierto volumen debe desecharse, apareciendo diversas dolencias.
Mientras antes se detecte y trate aumentan las tasas de éxito y se reducen los impactos. Para ello hay que atender con urgencia las señales de alerta.
En este sentido, expone que síntomas iniciales o de presentación del también llamado cáncer vesical son la hematuria o presencia de sangre en la orina, detectable por la persona por una tinción rojiza, o con exámenes de laboratorio. Esto puede ir o no asociado a dolor durante la micción, aunque es también un síntoma relevante, igual que irritación y dolor abdominal o pélvico.
Otras manifestaciones son comunes a todo cáncer: malestar general, fatiga, inapetencia y baja de peso. “En estados más avanzados puede generar una obstrucción de la vía urinaria y llevar a falla e insuficiencia renal”, releva el especialista.
Ante ello el doctor Merino es claro: “cuando hay alguno de los síntomas es necesario una consulta rápida con un especialista urólogo”.
La evaluación para el diagnóstico implica distintos exámenes, ya que síntomas precoces como hematuria y dolor también se presentan en otros cuadros frecuentes como infecciones urinarias o complicaciones asociadas a la edad.
“El estudio empieza con examen físico y de orina, y en última instancia de la vía urinaria con exámenes como cistoscopia que permiten estudiar la vejiga e incluso tomar biopsia, que es lo que fundamentalmente permite hacer el diagnóstico”, destaca. También se realizan estudios de imágenes.
Prevención, pesquisa y atención: reto social y de salud pública
La biología y el paso del tiempo, ser hombre y la edad avanzada, son factores de riesgo para el cáncer vesical que no se pueden evitar, aunque otro preponderante sí: “el tabaquismo aumenta al menos el doble y hasta 6 veces la posibilidad de tener cáncer de vejiga”, sostiene el médico internista y oncólogo Pablo Merino, académico UdeC. Otro gran factor de riesgo es la alta exposición a arsénico.
Por eso un gran desafío para reducir riesgo e incidencia es fortalecer la educación para concientizar a la población e incentivar estilos de vida saludable y autocuidado, con énfasis en evitar el hábito tabáquico al sensibilizar sus múltiples efectos letales que se acumulan en el tiempo, incluso al dejar de fumar, y van más allá de pulmones y aparato respiratorio.
En la misma línea el acceso a chequeos médicos periódicos preventivos en la adultez, y consultar ante algún signo de alerta para evaluar, descartar o confirmar en el marco de una detección temprana para el inicio oportuno del tratamiento.
Acceso y brechas
“Existen tratamientos efectivos y accesibles para este cáncer, particularmente cuando está en etapas tempranas. Cuando se logra pesquisar hay chances curativas, con una combinación de tratamientos locales que realizan urólogos, y cuando está un poco más avanzado son cirugías con quimioterapia y a veces radioterapia”, asegura el doctor Merino. Particularmente, precisa que en un cáncer avanzado, el protocolo en salud pública s ofrecer quimioterapia.
Entonces, aparecen los desafíos.
Lo primero que advierte es que abordar oportuna y eficazmente esta patología requiere tanto de alta tecnología como de especialización de profesionales que no tiene distribución equitativa a nivel nacional, y entre sistema público y privado.
“La atención con urólogo y estudios como cistoscopia no están disponibles en todas partes y a veces es difícil acceder. Un primer desafío es cómo hacemos que los recursos especializados estén disponibles para pacientes con sospecha y en tiempos oportunos”, manifiesta.
Y en el tratamiento hay mucho por avanzar. Mientras el sistema público chileno ofrece un esquema convencional, en el mundo se han desarrollado terapias de última generación como inmunoterapia, medicina de precisión y medicamentos conjugados que han aumentado la sobrevida. Una gran esperanza, aunque aún sin aprobación en Chile y, peor, extremadamente costosa.
“El desafío en próximos años es cómo incorporamos estas nuevas tecnologías y las hacemos más accesibles a las personas”, cierra.