Biobío avanza hacia industria baja en carbono: anuncian más recursos para innovación verde
22 de Octubre 2025 | Publicado por: Diario Concepción
Iniciativas en madera e Hidrógeno Verde lideran la transición regional.
Según el informe presentado por la Dirección de Presupuestos (Dipres) al Congreso, la Agencia de Fomento a la Producción Sustentable, dependiente de la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo), aumentará en un 21,8% su presupuesto para 2026, alcanzando M$ 717.934.
El incremento busca financiar proyectos de carbono neutralidad en el sector industrial, uno de los pilares económicos del Biobío, por su impacto en exportaciones, empleo y encadenamientos productivos.
El anuncio, incluido en la Propuesta de Ley de Presupuestos 2026, fue recibido con optimismo en el ecosistema productivo y académico regional, al considerar que refuerza la visión del Biobío como un territorio estratégico para la transición energética y la descarbonización industrial.
El Biobío y su potencial verde
La Región ha sido históricamente reconocida por su fortaleza en los sectores forestal, industrial y alimentario, lo que la convierte en un laboratorio ideal para políticas de transición energética. En los últimos años, diversas empresas agroalimentarias de Ñuble y Biobío han comenzado a incorporar tecnologías de eficiencia energética, tratamiento de residuos y uso responsable del agua, en gran parte gracias a instrumentos de apoyo impulsados por Corfo.
El informe de la Dipres destaca que el reforzamiento presupuestario permitirá fortalecer esas iniciativas, enfocándose tanto en mitigación como en adaptación al cambio climático, además de consolidar la articulación público-privada que ha sido característica del modelo de gobernanza regional.
Para Roberta Lama Bedwell, directora ejecutiva del Comité Corfo Biobío, este impulso no sólo representa un apoyo financiero, sino también un reconocimiento al rol de los territorios industriales en la lucha contra el cambio climático.
“El Comité Corfo Biobío cuenta con dos Programas Estratégicos Regionales bajo el alero de los denominados Programas Transforma de Corfo, que apuntan a la sostenibilidad y transformación de nuestra matriz productiva para alcanzar la carbono neutralidad hacia 2050”, explicó Lama.
La directiva añadió que estas iniciativas han conformado gobernanzas amplias, donde convergen academia, sector público, empresas privadas y sociedad civil, todos con un compromiso creciente por alcanzar los objetivos climáticos regionales.
Programas estratégicos: Madera y Hidrógeno Verde
Uno de los proyectos más relevantes en esta agenda es el Programa Estratégico Biobío Madera, que busca posicionar a la región como líder nacional en métodos modernos de construcción sostenible en madera.
“Su objetivo central es impulsar la construcción en madera de alto estándar, fomentando la incorporación de tecnología, industrialización y diseño eficiente en los procesos constructivos”, explicó Lama, enfatizando que el programa también contribuye a la reducción del déficit habitacional mediante soluciones habitacionales sustentables y de bajo impacto ambiental.
Entre los logros de esta iniciativa destaca la creación de una red regional de empresas, universidades, centros tecnológicos y organismos públicos que trabajan en transferencia tecnológica y capacitación de pymes. También se han ejecutado proyectos demostrativos y pilotos habitacionales que validan la viabilidad técnica y económica de la construcción en madera a gran escala, integrándose a estrategias nacionales de sostenibilidad y vivienda industrializada.
Raphael Sierra.
En paralelo, el Programa Estratégico H2V Biobío ha concentrado sus esfuerzos en desarrollar un ecosistema regional del hidrógeno verde y sus derivados, como base de una transición energética justa y sostenible.
“El programa ha trabajado en torno a una hoja de ruta que permite aprovechar las ventajas competitivas del territorio, como su infraestructura industrial, portuaria y energética, para impulsar proyectos de producción, uso y exportación de hidrógeno verde”, señaló Lama.
El H2V Biobío ha logrado establecer mesas técnicas de trabajo y colaboración entre empresas energéticas, universidades y centros tecnológicos; además, ha promovido proyectos de preinversión y análisis de demanda industrial, consolidándose como referente nacional en el desarrollo de esta nueva industria limpia.
La visión de los expertos: una hoja de ruta industrial para la neutralidad
Para Arturo De la Sotta, CEO de P2X Consulting y consultor en energías renovables, la meta de la carbono-neutralidad al 2050 debe entenderse como un horizonte estratégico, no como un simple eslogan.
“Chile ya cuenta con una Estrategia Climática de Largo Plazo (ECLP) que fija lineamientos para energía, industria, transporte y uso de suelos. En el caso del Biobío, el punto de partida es excepcional: una base industrial y portuaria integrada, infraestructura energética robusta y una cadena forestal madura”, afirmó.
De la Sotta plantea que la Región puede transitar desde una economía consumidora de combustibles fósiles hacia un modelo productor y usuario de energéticos limpios, utilizando tres palancas: electrificación competitiva, captura y uso de carbono (CCUS/BECCS) y moléculas verdes como el hidrógeno.
El consultor recordó que la experiencia reciente demuestra la capacidad del territorio para ejecutar transiciones complejas, citando el cierre de la central Bocamina II en 2022 como ejemplo de descarbonización exitosa sin paralizar la economía local.
Asimismo, propuso cinco ejes de acción para consolidar la transformación industrial del Biobío: eficiencia energética y almacenamiento, desarrollo de una industria forestal con captura biogénica, modernización logística y portuaria hacia emisiones netas cero, producción de acero bajo en carbono y fortalecimiento del capital humano y la gestión ambiental.
“El Hidrógeno Verde no es un fin en sí mismo, sino una herramienta para descarbonizar sectores difíciles de electrificar. La clave está en crear demanda local, desarrollar proyectos bancables y establecer estándares técnicos y de seguridad claros”, agregó.
De la Sotta también sugiere priorizar la simbiosis industrial, integrando cadenas productivas, como química, alimentos y tratamiento de aguas, mediante el uso compartido de oxígeno, calor y agua reciclada. En su visión, un sello de certificación “Biobío NetZero” podría distinguir los productos regionales en mercados internacionales cada vez más exigentes en materia ambiental.
Un enfoque científico y territorial
Desde el ámbito académico, Ricardo O. Barra, director del Centro EULA-UdeC, resaltó que los beneficios de esta transición son tanto globales como locales, ya que “por una parte, contribuye a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, y por otra, ayuda a disminuir la contaminación atmosférica que afecta al Gran Concepción, donde tenemos un plan de descontaminación en curso”, señaló.
El académico recordó que el Plan Regional de Acción para el Cambio Climático (PARCC), elaborado con participación del EULA-UdeC, incluye medidas específicas para avanzar hacia la carbono neutralidad del sector productivo regional. Además, destacó que el centro trabaja en resiliencia frente a incendios forestales, una de las principales fuentes de emisiones de gases en el territorio.
“Estos esfuerzos son fundamentales para fortalecer la adaptación y la capacidad del Biobío frente a los impactos del cambio climático”, subrayó Barra.
El aumento de recursos para la Agencia de Fomento a la Producción Sustentable permitirá acelerar la transformación productiva en sectores claves del Biobío, favoreciendo la integración entre innovación, sostenibilidad y empleo local.