Trabaja en lana de alpaca: emprendimiento de Concepción estará en desfile de modas de Buenos Aires

Apenas 5 años de edad dijo tener Lorena Salazar, médico y artesana en lana de alpaca, cuando comenzó su interés por los tejidos. Esto, viendo a las mujeres que visitaban su hogar que lucían sus destrezas con los palillos desde los cuales hacían crecer sus prendas.

Hoy se ha transformado en una emprendedora penquista. Con una marca “Kuy-kuy” ha debido sortear las barreras de quien busca hacer rentable una artesanía, sin embargo, ya ha participado en ferias internacionales. La primera fue en Tokio, Japón. En el ámbito nacional, ha estado en el Ropero de Paula y Expo Cachagua.

Adicionalmente, destacan dos invitaciones para participar en un desfile de alta costura en Buenos Aires-Argentina, además de otro desfile en Madrid-España para la colección otoño invierno.

“Kuy-kuy quiere decir puente en Mapudungun y mis productos consisten en tejidos de lana de alpaca 100% natural que es muy difícil de encontrar porque hoy día abundan las lanas, pero que son mezcladas. La idea detrás de los tejidos con materia prima de alpaca es agregar valor, a través del rescate patrimonial de los pueblos originarios y sus saberes ancestrales que cuidan el medioambiente y que pueden lograr disminuir la contaminación provocada por el uso de textiles artificiales y la moda desechable”, partió diciendo Salazar.

De acuerdo con su fundadora, la marca Kuy-kuy busca promover el volver a las raíces y recuperar la durabilidad de prendas como las que se hacían antes cuyos usos se traspasaban de hermanos grandes a los integrantes de menor edad de las familias. “Elegí la lana de alpaca porque es la más fina que existe en Chile después de la lana de Vicuña que también existe a nivel nacional, pero se explota más en Perú”.

Proceso artesanal

Según Lorena, la alpaca es un animal muy noble y el proceso de esquirla no la daña. “Se realiza un proceso 100% a mano, sin el uso de máquinas en que se esquirla a mano luego el hilo de lana se elabora en ruecas (dispositivos por lo general de madera de uso artesanal) de forma muy fina para, posteriormente, elaborar los tejidos con técnicas ancestrales a palillos, crochet y telares”.

“A los cinco años, por curiosidad, comencé a observar cómo tejían algunas señoras que llegaban a mi casa y así fui ideando y aprendiendo a tejer iniciando con ropa para mis muñecas y, después, mientras cursaba la educación básica, pude tejer chalecos y poleras lo que continué durante la educación media, para luego, cuando pasé por la universidad estudiando medicina, mis compañeras y compañeros me comenzaron a pedir que les hiciera tejidos. Así surgieron una serie de oportunidades como el caso de una amiga que me pidió elaborar su vestido de novia en seda, lo que acepté”.

A emprender

Ya en 2019 la doctora decidió emprender. “La primera exposición que fui fue en Tokio, Japón que surgió a raíz de un viaje de placer que hicimos con mi hijo donde aproveché de hacer contactos en la embajada y ahí el encargado de negocios me llevó a una feria que justo había en Tokio con un stand inmenso como un estadio en que el lugar de Chile exponía pisco, frutos secos y mis textiles. A los japoneses les llamó mucho la atención el proceso de cómo se generaba la lana de alpaca y se tejían las prendas sin el uso de maquinarias, así que fui muy entrevistada y expliqué muchas veces el proceso completo de la manera más didáctica posible”.

-¿Qué ha sido lo más desafiante de su emprendimiento?

– Está que tanto las empresas como las instituciones públicas tienen barreras que no son fáciles de superar como el caso de contar con una cierta cantidad de ventas en unidades de fomento (UF), que no tenía inicialmente como emprendedora de artesanías.

He tenido la oportunidad de visitar varios países y, en el caso de algunos más desarrollados, les dan mucha importancia a sus artesanos y son marcas registradas a nivel nacional, pero acá no pasa lo mismo. Ha sido un escollo el que las empresas privadas como ciertos hoteles y tiendas de aeropuertos, donde intenté vender, no se interesaban a menos que fuera una marca bien establecida y tener cierta fama.

-¿Cuánto ha invertido a la fecha, aproximadamente, en su emprendimiento?

-Alrededor de $20 millones que corresponden a capitales propios porque no he recibido apoyo financiero ni público, ni privado.

-¿Qué es lo más destacable de sus artesanías en alpaca?

-Se trata de una fibra natural que se usa como parte de diseños de autor. Por ser lana, muchos piensan que es algo rústico, pero no es así. Es un producto fino muy bien hecho y muy bien terminado que yo diseño y que son para mujeres que trabajan, que les gusta ser elegante y que buscan algo distinto ya que todos mis modelos son únicos y diferentes con una manga muy ancha.

-¿Cuáles son los valores promedio de las prendas?

-Van desde los $35 mil que puede ser un gorro o una bufanda y pueden llegar, en el caso de otras prendas, hasta los $600 mil.

-¿En qué consiste la invitación que le hicieron para exponer en Argentina?

– Me invitó la Cámara de Comercio de Argentina que organiza hace 10 años un desfile internacional de moda al que asisten diseñadores de toda Latinoamérica. Ellos valoraron el que se quiebre un concepto en el sentido que una prenda de lana puede ser elegante y formar parte de una alta costura con modelos que se pueden llevar de noche y de día ya que son muy versátiles y con una durabilidad prolongada que también las hacen heredables.

Nuestras prendas tienen una durabilidad aproximada de 25 años siguiendo las indicaciones de su cuidado como, por ejemplo, no ingresarlas ni a lavadoras, ni secadoras.d