Balotaje: las diferencias en las propuestas económicas de los candidatos a la presidencia

Los programas de gobierno de José Antonio Kast (Republicano) y Jeannette Jara (Partido Comunista), son dos candidaturas que plantean diagnósticos similares sobre el estancamiento del país, pero ofrecen caminos marcadamente distintos para enfrentarlo.

En el caso del abanderado republicano, su programa abre con un capítulo titulado “Emergencia Económica”, donde afirma que Chile se encuentra en una crisis estructural caracterizada por el alza del costo de vida, la desaceleración prolongada y un mercado laboral debilitado.

El texto sostiene que el país “retrocede mientras el mundo avanza”, y que, con un crecimiento tendencial de apenas 1,8%, se necesitarían más de 50 años para duplicar el ingreso per cápita.

Ese diagnóstico, que el candidato republicano ha repetido en actividades realizadas en Concepción y Talcahuano, ha generado eco en algunos gremios empresariales de la zona.

Desde la vereda de Jeannette Jara, el tono del análisis también es crítico, aunque con un énfasis distinto. Su programa afirma que Chile suma cerca de dos décadas de productividad estancada, a lo que se agregan desafíos globales como la crisis climática, la fragmentación del comercio mundial y la irrupción tecnológica.

En esa línea, el documento advierte que la inversión crece solo 0,8% anual y que el margen fiscal es cada vez más estrecho, lo que obliga, según su comando, a una estrategia más coordinada entre el sector público y privado para destrabar proyectos y encaminar al país hacia un nuevo ciclo de desarrollo.

Ambos programas concuerdan en que la inversión es esencial, pero las rutas elegidas son radicalmente diferentes. Kast promete acelerar el crecimiento económico hasta un 4% anual mediante estímulos tributarios, desregulación y una profunda reducción del gasto público.

Jara, en cambio, plantea que la clave está en aumentar la inversión total hasta alcanzar el 30% del PIB, apoyándose en un Estado más activo, con una cartera robusta de infraestructura, reformas a los permisos, impulso a pymes y una diversificación productiva centrada en minería, energía y tecnología, todo esto según sus programas de gobierno.

Dos miradas para un mismo desafío regional

En el Biobío, donde sectores como la industria forestal, la metalurgia, la energía y la logística dependen de certezas regulatorias y de conectividad, las propuestas han sido analizadas con lupa.

Es que para Kast, el primer paso es reactivar el crecimiento mediante productividad, innovación y expansión comercial. Su programa subraya la urgencia de “aumentar y sostener en el tiempo nuestro crecimiento económico” hasta alcanzar un 4%. Para ello, promete reforzar tratados de libre comercio, abrir nuevos mercados, incentivar la inversión tecnológica y modernizar la regulación que, sostiene, hoy ralentiza proyectos estratégicos.

Ese último punto es particularmente sensible en el Gran Concepción, donde empresas de energía, refinerías, astilleros y desarrollos industriales han denunciado la lentitud del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental.

El programa del candidato republicano plantea reemplazar lo que denomina la “pitutocracia” y el “obstruccionismo” por un sistema más eficiente, apoyado en una Fuerza de Acción Inmediata que aceleraría las evaluaciones regionales.

Jara también propone una reforma profunda a la permisología, pero en una clave diferente. Su plan introduce una ventanilla única con solo dos puntos de interacción, la tramitación en paralelo y una Oficina Presidencial de Proyectos Estratégicos.

El objetivo, según su equipo y el programa, es aumentar la certeza y la velocidad, pero sin relajar los estándares ambientales.

En materia tributaria, las diferencias se ensanchan. Kast propone reducir el impuesto corporativo desde 27% a 23% para empresas medianas y grandes, con rebajas adicionales, hasta un promedio del 20%, para compañías que contraten trabajadores en riesgo de informalidad.

El programa también incluye el retorno a la integración plena, la eliminación del impuesto a las ganancias de capital de acciones con baja presencia bursátil y la creación de un nuevo estatuto de inversión que otorgue estabilidad tributaria.

Jara, en contraste, centra su política fiscal en ampliar la inversión pública y mejorar la recaudación sin recurrir a grandes recortes. Su propuesta destaca la reducción del IVA a medicamentos, la cuota cero para el subsidio hipotecario, un ingreso vital de $750 mil y una disminución del 20% en la cuenta de la luz.

Desde el Partido Comunista en el Biobío, su presidente regional, Pablo Cuevas, sostiene que estas medidas “van en directa relación con aliviar el bolsillo de las familias cada mes”.

Cuevas agrega que una de las fortalezas de Jara es “haber podido recoger propuestas de distintas candidaturas”, y aclara que, a su juicio, las políticas del programa apuntan a entregar mejores condiciones de vida mediante apoyos concretos al ingreso y al gasto familiar.

Cuevas cuestiona el programa republicano, afirmando que representa “solo anuncios generales” y que la reducción de recursos podría tener consecuencias severas en áreas sensibles.

Desde el comando de Kast en la región, la lectura es otra. Claudio Eguiluz, presidente regional de Renovación Nacional, asegura que el programa económico del abanderado republicano es más ambicioso que otras propuestas, especialmente en materia de gasto estatal.

Según dice, el equipo trabaja en la incorporación de elementos del programa de Evelyn Matthei, con coincidencias en permisos e incentivos a la inversión. Eguiluz sostiene que la elección no solo trata de economía, sino de liderazgo político, y afirma que, a su juicio, Jara representa “la continuidad del desastre que tiene este gobierno” en seguridad y economía.

Además, critica la trayectoria del Partido Comunista en materia de seguridad, afirmando que históricamente “jamás ha votado a favor de endurecer penas ni apoyar leyes para castigar a delincuentes”, lo que, según él, influye en la decisión de inversionistas al evaluar instalarse en Chile.