Tras paralización de proyecto habitacional en Coronel: empresa descarta que haya presencia de humedal en loteo

30 de Noviembre 2025 | Publicado por: Diario Concepción
Fotografía: SMA

Tras la orden de paralización dictada por la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) en la etapa IV del proyecto Loteo Llacolén (Coronel), el caso continuó con la respuesta de la inmobiliaria Pocuro y la aparición de voces ciudadanas del sector.

La medida —fundada en la presencia de un cuerpo de agua y vegetación húmeda dentro del predio— abrió un debate técnico y territorial que hoy enfrenta versiones contrapuestas sobre la dinámica hídrica del área.

Según la RCA de 2019, el sector correspondía a una vega con riesgo de anegamiento, sin cuerpos de agua permanentes y sin alteraciones proyectadas a cauces naturales. Ese contraste —entre lo declarado hace seis años y lo verificado ahora— es el eje de la controversia.


La SMA informó que en la etapa IV se constató un espejo de agua de 1,29 hectáreas, vegetación hidrófita y presencia de aves de ambientes palustres, elementos que preliminarmente cumplen criterios de humedal conforme a la Guía del Ministerio del Medio Ambiente. La superintendenta, Marie Claude Plumer, sostuvo que “el titular ejecutó obras en un sector que no estaba contemplado en el permiso ambiental del proyecto”, agregando que las obras generaron “un impacto no previsto”.

Posición de la empresa


En contacto con Diario Concepción, la inmobiliaria Pocuro Sur SpA entregó una versión distinta a la del organismo fiscalizador. La empresa sostuvo que el proyecto “se ajusta plenamente a las aprobaciones urbanísticas y ambientales vigentes” y descartó que exista un humedal no considerado en la evaluación ambiental.

Según dijeron, la RCA vigente ya había evaluado “las condiciones del emplazamiento, incluido su carácter de área potencialmente inundable según el Plan Regulador de Coronel”.


Respecto del origen del cuerpo de agua detectado por la SMA, la compañía afirmó que no corresponde a un ecosistema natural, sino a un efecto puntual asociado a las obras. “La acumulación de agua observada responde al afloramiento de la napa generado por las excavaciones para reemplazar material no apto para las fundaciones”, indicaron.

Además, añadieron que este fenómeno “no existía antes de dichas obras” y que las características del terreno “fueron expresamente evaluadas” durante la calificación ambiental.


La empresa también respondió al punto vinculado a la supuesta ejecución de obras fuera de lo autorizado por la RCA. “La SMA no señala que el área estuviera fuera de la aprobación ambiental, sino que sostiene equivocadamente la existencia de un supuesto humedal no considerado en la evaluación”. Añadió que, a su juicio, esa conclusión “es incorrecta, ya que las características del terreno fueron expresamente evaluadas y el agua observada corresponde al afloramiento generado por las excavaciones necesarias para asegurar las fundaciones de las viviendas”.

En consecuencia —aseguraron— “la etapa IV no se inició con el relleno de ningún humedal; la acumulación de agua se produjo únicamente a raíz de dichas excavaciones, realizadas conforme a las aprobaciones urbanísticas y ambientales vigentes”.


En cuanto a la vegetación hidrófita registrada en el área, Pocuro sostuvo que corresponde a “especies heliófitas que, según lo resuelto por el Primer Tribunal Ambiental, no acreditan por sí la existencia de un ecosistema acuático, ya que no son especies hidrófitas propiamente tales”.

Respecto de las medidas decretadas por la SMA —como la detención de obras, la caracterización del cuerpo de agua y la actualización del estudio de fauna—, la inmobiliaria insistió en que “el desarrollo del proyecto se ha ajustado a las aprobaciones urbanísticas y ambientales vigentes” y que “no corresponde imponer trabas al desarrollo de un proyecto que se encuentra totalmente en regla”.


No obstante, afirmaron que “en tanto no exista una decisión en contrario, se está dando cumplimiento a la paralización ordenada respecto de la etapa IV”.

Mirada medioambiental


Para el Comité de Protección Ambiental Andalican de Coronel, activo en los sectores de Escuadrón y Lagunillas, el escenario es distinto. Su representante, Eduardo Cuevas, calificó la paralización como “una muy buena noticia” y destacó que hacía años no observaban una acción coordinada entre el municipio y la SMA en temas vinculados a humedales.

Cuevas relató que la organización había observado movimientos de tierra en el sector meses antes de que se viralizaran las imágenes del espejo de agua. “Nosotros, dos meses antes, vimos movimientos de tierra accediendo hacia la Laguna Quiñenco. Hicimos una denuncia por redes sociales y luego a la Superintendencia, pero no habíamos tenido respuesta”, señaló.


Respecto a la explicación de la empresa, fue categórico: “Esa afirmación no se basa en ningún argumento ni científico ni de observación del territorio”. Añadió que el área corresponde a una zona baja asociada históricamente al humedal Escuadrón, pese a que parte del sistema quedó fuera cuando se declaró humedal urbano en 2021.

“No apareció de la nada. Ellos mismos reconocieron que había un espejo de agua en invierno. Si mueves tierra, obviamente se agranda”, explicó. Según el dirigente, la dinámica hídrica de esa área refleja un patrón más amplio: zonas que funcionaban como vega y drenaje natural, pero que han sido progresivamente ocupadas por proyectos inmobiliarios durante la última década.


En cuanto a los impactos más amplios, sostuvo que las viviendas ya construidas en zonas bajas evidencian los riesgos de urbanizar humedales. “Muchas casas en Escuadrón y Lagunillas ya se inundan. Si siguen rellenando, el agua debe ir a algún lado, y son las poblaciones las que pagan los costos”.

Según explicó, este tipo de decisiones afecta directamente la disponibilidad de agua dulce y la resiliencia del ecosistema. “Cuando se destruye un humedal, lo que se saca del camino es el agua dulce. Y el agua dulce no es tanta”, finalizó.