Día Mundial del SIDA: relevan la importancia de la prevención y el tratamiento al vivir con el virus del VIH

03 de Diciembre 2025 | Publicado por: Diario Concepción
Fotografía: Esteban Paredes Drake | DirCom

El 1 de diciembre se conmemora el Día Mundial del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) 2025, como una forma de reflexionar sobre la importancia de mantener estrategias para evitar la transmisión del virus VIH que causa el síndrome y mejorar la calidad de vida de quienes viven con el virus.

La pandemia del SIDA es una de las más prolongadas de la historia reciente. Hace algunas décadas, adquirir el VIH (Virus de la Inmunodeficiencia Humana) era considerado prácticamente una sentencia de muerte. Hoy, gracias al desarrollo sostenido de diversas alternativas farmacológicas, tanto preventivas como posteriores a la exposición, vivir con VIH no implica necesariamente desarrollar SIDA ni morir a causa de la infección, pese a que aún no existe una cura definitiva.

Según estimaciones de ONUSIDA, cerca de 40 millones de personas viven con el virus del VIH en la actualidad, siendo el 53% de ellas corresponde a mujeres y niñas.  


El virus se transmite entre las personas mediante tres vías principales:sexual, parenteral y vertical.

La transmisión vertical ocurre de madre a hijo durante el embarazo, el parto o la lactancia. La vía parenteral, asociada al contacto con sangre infectada, puede producirse al compartir agujas o cuando una herida entra en contacto con sangre de una persona que vive con el virus. Por su parte, la vía sexual corresponde a la transmisión durante relaciones sexuales sin protección. Sin embargo, «el VIH no se transmite por la saliva, lágrimas ni el sudor”, explicó el académico del Departamento de Microbiología de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Concepción, Dr. Francisco Fuentes Villalobos.  


“Los fluidos que se intercambian durante una relación sexual son los responsables de llevar en sí las partículas virales, principalmente el semen”, detalló el también Investigador principal del Laboratorio de Inmunovirología.  

¿Se puede prevenir la transmisión del virus? 


Para poder evitar la transmisión del virus, la forma más directa es usar métodos de barrera, como el condón, tanto masculino como femenino. De esta manera, se frena el contacto de los fluidos con las mucosas, teniendo una capa de protección extra. “También el tener comunicación abierta con las parejas sexuales sobre el estado de salud y el historial sexual ayuda a saber si estás en riesgo o no”, agregó la Docente del Departamento de Obstetricia y Puericultura UdeC, Dra. Mercedes Carrasco Portiño. 

Esta estrategia se puede complementar con alternativas farmacológicas. Hay algunas que permiten ser administradas de forma previa a una situación de riesgo, como una relación sexual sin protección, disminuyendo significativamente el riesgo de la adquisición del virus. Esta estrategia, el PrEP o profilaxis preexposición tiene alternativas bioequivalentes muy accesibles. 


“Estos fármacos antirretrovirales impiden que el virus sea integrado en el genoma de las células de esa persona, impidiendo que ocurra esta etapa indispensable para que el virus pueda ser replicado en ella. Si una persona a la cual se le prescribió este cóctel de fármacos antirretrovirales se adhiere al tratamiento, puede disminuir hasta en un 99% el riesgo de adquirir el virus VIH”, declaró el investigador.  

Estos fármacos son parte de la estrategia de prevención del VIH/SIDA del Ministerio de Salud de Chile, e incluso se entregan de forma gratuita a quienes cumplan con ciertos requisitos. Sin embargo, quienes deseen adquirirlos pueden hacerlo por medio de una receta médica, con un valor que ronda los 15 mil pesos mensuales.  


Profilaxis post exposición al virus del VIH 

Hasta algunas pocas horas después de la exposición a fluidos corporales que puedan contener el virus, existe un tratamiento de emergencia. El PEP (Profilaxis post exposición) ayuda a disminuir el riesgo de adquirir el virus en casos de emergencia, como una violación, un accidente laboral (como el pinchazo accidental con una aguja contaminada en centros de salud), o una salpicadura de sangre a mucosas del personal de salud.  


“Este tratamiento consiste en un cóctel de fármacos antirretrovirales, por un período largo de tiempo para intentar evitar que el genoma del virus alcance a ser integrado en las células de esa persona. Y esto permite disminuir el riesgo, pero es menos efectivo que la profilaxis preexposición”, aclaró el Dr. Fuentes.  

Vacuna contra el VIH 


“Hay distintos ensayos de nuevas formulaciones vacunales, pero, lamentablemente, hasta la fecha ninguno ha funcionado”, reconoció el docente, quien explicó que el genoma del virus del VIH evoluciona muy rápido.  

“Cada nueva partícula viral de VIH acumula una mutación cuando se compara al virus que infectó a una célula. Si no se recibe tratamiento, durante la fase asintomática, por cada centímetro cúbico de sangre, hay en torno a las 100 mil a 500 mil copias del virus, con una diversidad tremenda, lo que ha dificultado el desarrollo de vacunas, pero, además, el virus puede permanecer en forma latente, en el genoma de nuestras células, dificultando su eliminación” aclaró el investigador. También, declaró, es importante considerar que las células de nuestro cuerpo que replican al virus son los linfocitos ayudadores (CD4 positivos), que mueren tras ello, “eliminándose un componente indispensable de nuestra respuesta inmunitaria”.  


Carga viral para ser indetectable 

La carga viral es el número de partículas virales que existen en cierto fluido. En este caso, el número de partículas del VIH por centímetro cúbico de sangre (viremia), lo que en conjunto con el recuento de linfocitos CD4+ va a indicar en qué etapa se encuentra la persona respecto a la patología.  


“Durante las primeras semanas después de adquirir el virus, la carga viral sube mucho. Y luego baja, pero no a cero, y se mantiene relativamente constante este nivel hasta que posteriormente vuelve a subir en la etapa de SIDA”, aclaró el Dr. Fuentes. En el período de ventana, durante los tres primeros meses tras la adquisición del virus, lamentablemente no se puede asegurar si la persona vive o no con el virus, ya que los anticuerpos específicos contra él, y que sirven para diagnosticar a una persona, tardan en aparecer, siendo necesario un segundo análisis después.  

Cuando la persona recibe la terapia antirretroviral, “tiene fármacos en todo su organismo que están frenando una de las etapas del ciclo replicativo del virus, que es la conversión de su genoma de ARN hacia ADN, que podría ser integrado luego en los cromosomas humanos y permitir crear nuevas partículas virales”, sostuvo el microbiólogo.


Con el tiempo se espera llegar a un nivel de indetectabilidad, en el cual las pruebas de laboratorio no pueden detectar al virus circulando en la sangre. “Hoy sabemos, gracias a numerosos ensayos en el tiempo y a las décadas de investigación, de que esa carga viral indetectable en realidad es cero, no pudiendo transmitirse el virus a nadie, ni siquiera a la pareja sexual del paciente” remarcó el docente de la Facultad de Ciencias Biológicas.  

Mantener el tratamiento, independiente de la etapa 


Si la persona no se adhiere al tratamiento, su sistema inmune se podría afectar de manera importante, es decir, “si el VIH no se trata, el virus ataca y destruye el sistema inmunitario, especialmente los linfocitos CD4, lo que debilita la capacidad del cuerpo para combatir infecciones y cánceres. Esto puede llevar a un debilitamiento progresivo del sistema inmunitario, resultando en el SIDA”, describió la Dra. Carrasco.  

Una persona que vive con VIH puede complementar las precauciones de transmisión si su pareja recibe la profilaxis preexposición y al siempre utilizar métodos de barrera como el condón. “Afortunadamente, las personas que viven con VIH son súper responsables en cuanto a su autocuidado y al de su pareja. El mayor peligro es las personas que no saben su estatus”, declaró el Dr. Fuentes.  


Como siempre, el cuidado y tratamiento son multidisciplinarios. “Teniendo en cuenta la estigmatización y discriminación que sufren socialmente las personas con VIH, la posibilidad de un acompañamiento psicosocial es crucial para abordar las implicaciones personales, familiares y sociales del diagnóstico, gestionar el estrés crónico y prevenir problemas de salud mental como la depresión y la ansiedad”, destacó la docente de Obstetricia y Puericultura, poniendo en el centro el trabajo que como sociedad hacemos para “aceptar e integrar a las personas con VIH para evitar la discriminación”. 

Si bien a principios de la pandemia del VIH el primer grupo afectado fueron hombres homosexuales, hoy la situación es diferente. “A nivel global se estima que son más el número de mujeres que viven con el VIH que hombres”, subrayó el Dr. Fuentes. 


Si una persona confirma el diagnóstico en etapa SIDA, e inicia tratamiento antirretroviral “y se adhiere muy bien al tratamiento, es ordenada y lo consume según indicaciones, puede conseguir una carga viral indetectable, y si se mantiene así 3 a 6 meses podría ser intransmisible”, sumó la Dra Carrasco, quien es Investigadora principal del Núcleo Milenio DIBASS- Millennium Nucleus on community-based research and sexual health inequalities.  

La docente cerró recomendando tres estrategias para bajar las cifras de contagios: Educación sexual integral para prevenir su contagio en población joven; campañas publicitarias de estrategias de prevención primaria (antes de contagiarse) y secundaria (después de contagiarse para iniciar y adherirse al tratamiento de manera permanente); e inversión en medicamentos pre y post exposición para población de riesgo.