Biotecnología para el desarrollo: nueva estrategia nacional traza el camino hacia la sostenibilidad
21 de Diciembre 2025 | Publicado por: Diario Concepción
Tras un amplio trabajo colaborativo e intersectorial, Chile tiene la Estrategia Nacional de Biotecnología 2025-2035 que entrega una hoja de ruta para los próximos 10 años ubicarla como un eje estratégico del progreso.
La iniciativa se presentó este 17 de diciembre por el Presidente Gabriel Boric, cuando también lanzó la Estrategia Nacional de Tecnologías Cuánticas 2025-2035. Ambas fueron impulsadas por el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación para avanzar en sectores tecnológicos de frontera que orienten al país a un modelo de economía y desarrollo diverso, sofisticado y sostenible. En la creación participaron especialistas de los mundos académico, público y privado, y se contó con asesoría técnica del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
La Estrategia Nacional de Biotecnología apunta a generar regulaciones, gobernanza, financiamiento y escalamiento para acortar brechas detectadas en un informe presentado en agosto como base para el documento final, y aprovechar las capacidades humanas e infraestructura, las más de 200 empresas biotecnológicas, y la rica biodiversidad de Chile.
Región de ejemplo
Y en Biobío hay gran potencial y expectativas para transitar a la gran meta: en diciembre de 2002 se creó el Centro de Biotecnología de la Universidad de Concepción (CB-UdeC), en alianza con el Gobierno Regional para apoyar la Estrategia de Desarrollo Regional 2000-2006 que destacó esta área como motor de progreso con foco en impactar los sectores productivos clave para la zona.
“Somos un ejemplo como Universidad y Región en haber instalado capacidades e infraestructura. Visionariamente, desde hace más de 20 años, se consideró la importancia de la biotecnología y se incluyó dentro de las políticas de desarrollo regional la instalación de las capacidades”, manifiesta la doctora Rosario Castillo, directora del CB-UdeC.
Como resultados concretos de esta visión y trabajo, además del avance en formación e investigación, destaca que “no lo dijo el informe, pero somos la segunda región que ha tenido el desarrollo de estas empresas (biotecnológicas)”.
Al respecto, expone que la biotecnología tiene ámbitos de acción e impacto en todas las actividades, productivas o no. En este sentido, sostiene que “podemos ver efectos muy positivos en países que hoy están muy desarrollados, precisamente, por haber adoptado estas decisiones anticipadamente”.
Por eso la evaluación positiva del contexto actual hacia el futuro, desde una mirada regional que hace décadas vislumbró el impacto de la biotecnología en las actividades y territorios, y hoy una estrategia nacional que da un hilo conductor para encauzar y fortalecer el quehacer de todos quienes están integrados en el ecosistema biotecnológico para que Chile progrese.
Campo en evolución
Una herramienta transversal a varias áreas relevantes para la economía y bienestar es la biotecnología, desde producción e industrias hasta salud humana y animal. También es clave para la sustentabilidad de las actividades.
Y es que permite aprovechar y cuidar el capital natural. La académica explica que la biotecnología aplica la ciencia y tecnología para estudiar y utilizar organismos vivos o no vivos o sus derivados para generar conocimientos, bienes y/o servicios.
“Es un conjunto de disciplinas que se integran para poder abordar desafíos varios. Y se busca principalmente hacer uso adecuado de recursos, y buscar estrategias y herramientas que den más sostenibilidad a los procesos y la humanidad. Entonces, es una herramienta clave del desarrollo sostenible”, sostiene. El desarrollo sostenible es un reto global que plantea la ONU alcanzar en 2030 para asegurar la prosperidad de la humanidad y el planeta en crisis.
La biotecnología no es un campo nuevo, pero en los últimos años ha evolucionado vertiginosa y ampliamente.
Al respecto aclara que en sus inicios era un área más bien restringida a aplicaciones de biología molecular y celular, pero más recientemente se han integrado disciplinas de distintas áreas del conocimiento como química, ingeniería, informática, inteligencia artificial y ciencia de datos para construir soluciones biotecnológicas cada vez más diversas, novedosas y potentes.
Por eso es un eje de la bioeconomía que aprovecha bien los recursos biológicos, a diferencia del extractivismo que ha predominado en los modelos de Chile, y de economía circular que permite valorizar residuos de distintas industrias y actividades para reducir desechos e impactos ambiental.
El CB-UdeC: clave para el desarrollo biotecnológico y regional
Reconociéndose como un punto estratégico de la biotecnología local, desde el CB-UdeC se proyectan para alinearse y apoyar la materialización de la Estrategia Nacional de Biotecnología 2025-2035, como se han alineado con los desafíos regionales y también nacionales estos años.
Su directora, la doctora Rosario Castillo, precisa que “nuestro foco es la biotecnología de recursos naturales, pensando especialmente en las actividades productivas en la Región de Biobío y Ñuble, y territorios cercanos en la macrozona centro sur”.
Desde sus orígenes, creado el 16 de diciembre de 2002 cuando se formalizó la construcción del edificio que está en el campus central de la UdeC, mientras se implementaba un programa, se estableció con las líneas de biotecnología forestal, ambiental y acuícola como ejes clave de la actividad productiva y económica. En años más recientes han sumado nuevas áreas que tienen tanto roles como retos relevantes, en particular agricultura.
Sobre ello sostiene que “en agricultura hay problemas y desafíos trasversales globales con impacto en el área productiva en Biobío y Ñuble, que tienen que ver con el cambio climático y escasez hídrica, y todo lo que conllevan los problemas ambientales y las variaciones de temperatura que hemos tenido”.
El trabajo ha sido tan fuerte en esta área que afirma que se relaciona con muchas de las nuevas aplicaciones presentadas desde el CB, con un fortalecimiento que ha ido de la mano con la incorporación de nuevos investigadores. Escasez de recursos hídricos, uso racional del suelo, revalorización de residuos agrícolas y cuidado de cultivos son algunos retos que se abordan.
Avanzar en escalamiento
También están trabajando en acortar una de las mayores brechas detectadas en el proceso de formulación de la estrategia en que participaron integrantes del ecosistema de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) en biotecnología, que llegó hasta el informe de recomendaciones y se plasmó en el documento: el escalamiento de tecnologías.
Es un punto crítico, porque permite que todo lo probado en el laboratorio en una determinada escala pueda pasar a una mucho más grande, que sea transferible y comercializable, y claramente de interés para que empresas e industria incorpore como solución a sus problemas.
Para avanzar en las capacidades del CB, probar tecnologías y escalar procesos, cuenta que en el último año se ha trabajado en fortalecer una planta piloto de escalamiento biotecnológico que tendrá una reapertura el 20 de enero de 2026, cuando se espera convocar a empresas a conocer las instalaciones. Desde allí se busca generar un diálogo virtuoso con distintos actores para conocer mejor necesidades e intereses y así abordar la problemática del escalamiento.
En este sentido también asegura lo relevante que será avanzar en el marco regulatorio. Por brechas en este ámbito muchas veces se enlentecen o dificultan los procesos para que las soluciones puedan ser aplicadas en terreno y comercializables, y entonces puedan llegar donde se necesitan y benefician.
Vínculos para potenciar
La estrategia nacional, que demuestra que en el pasado cercano se trazó un camino correcto para Biobío con epicentro en la UdeC, también lleva a potenciar el quehacer que el CB-UdeC tiene para acercar siempre la biotecnología a todos los sectores y materializar su impacto, desde la formación de capital humano hasta la incorporación de soluciones biotecnológicas y la divulgación.
En este sentido, la doctora Castillo explica que el Centro trabaja con empresas pequeñas, medianas y grandes de Biobío, Ñuble y otras regiones. Y además de proyectos de investigación financiados por la Anid, líneas de Corfo han permitido desarrollar contratos tecnológicos directo con empresas.
“El financiamiento de Corfo ha sido una tremenda oportunidad para conectarnos con pequeñas y medianas empresas, muchas lideradas por mujeres. Ha sido importante porque son éstas las que están muy decididas a integrar soluciones sostenibles en sus procesos, y eso es bien valorado para una política nacional que también fomenta y financia este tipo de proyectos, alineados a incorporar ciencia desde los momentos iniciales”, manifiesta.
También resalta el crucial vínculo con la sociedad. Tanto con la iniciativa de divulgación “Café Científico” que tiene más de 15 años, vinculaciones con escolares, y capacitación profesional certificada y con código Sence del Estado.
Así se impulsa la comprensión, valoración e integración de la biotecnología como motor de desarrollo desde Biobío, hoy al alero de una estrategia nacional.