La inteligencia artificial (IA) hace posible que las máquinas aprendan de la experiencia, se ajusten a nuevas aportaciones y realicen tareas como seres humanos. La mayoría de los ejemplos de inteligencia artificial sobre los que oye hablar hoy día -desde computadoras que juegan ajedrez hasta automóviles de conducción autónoma- recurren mayormente al aprendizaje profundo y al procesamiento del lenguaje natural.
Hablamos sobre este tema con Fernando Izaurieta, doctor en Ciencias Físicas y docente del Departamento de Física de la Universidad de Concepción.