Cuesta analizar estos 90 minutos, cuando hay mucho más detrás. A Fernández Vial le han dado en tribunales, le han tocado dos rivales de Primera División y nada ha podido botarlo. Y no solo con garra o meter, este equipo avanza con buen fútbol. Así superó a Universidad de Chile con justicia y mostrándole a todo el país lo que hoy es Vial. Un 5-4 para emocionarse y para crecer en ilusión. La B no es imposible.
Se habla mucho del fútbol de Vial, pero lo físico ha sido fundamental. Harbottle y el rejuvenecido Sanhueza, a los 42 años, llegan al minuto 95 corriendo como si nada. Enteros. En Vial nadie sale reventado, salen por movimientos tácticos. Y tal como en la ida, los ferroviarios entraron a matar de entrada, sorprendiendo a un equipo de Primera que esperaba repliegue, un equipo que fuera al cero.
Lo tuvo Harbottle con un zurdazo apenas desviado y, pocos minutos después, sacó a pasear a Moya y metió un centro que fue despejado de cabeza y terminó en pies de Fabián Espinoza. El volante impactó de volea, dio en el travesaño y cogió el rebote para abrir la cuenta en los 15’. Furiosa celebración aurinegra. Sí, la ida no fue casualidad, Vial estaba de nuevo jugando.
A los 20’ penal claro de Carrasco sobre Larrivey y ejecución perfecta del argentino. Empate que pudo desarmar al local, pero no. El anticipo en cada jugada de Loyola, Jerez y los centrales no dejó accionar nunca a la “U”. Mención especial a Bastián Solano, que había jugado poco, fue titular contra el más difícil de todos y se mandó dos partidazos. No era cuento: Vial tiene dos jugadores por puesto.
Lo tuvo otra vez Harbottle comenzando el segundo tiempo y Campos tapó abajo. ¿Y los azules? Recién encontraron algún espacio después de los 70’ con un remate al travesaño de Cortés y una ocasión increíble que elevó Alarcón ante una mala salida de Merino.
Fueron a penales y Vial demostró otra vez que hoy pueden dispararle y sale vivo. Loyola, figuraza de ambas llaves falló el primer penal, pero la convicción no se fue al suelo. Anotaron todos los que venían: Luciano Díaz, Harbottle, Sergio Riffo, Jeremy Silva y “Chirigue” Sepúlveda. Del otro lado, Merino le tapó el segundo a Sandoval y el sexto fue un palo que sacó el derechazo de Casanova. Collao era una fiesta sin público, pero se escucharon todos. En la casa, la calle, en los de amarillo y negro desahogándose. Esos que lo único que querían era jugar y no podían.
El técnico Claudio Rojas señaló que “esto es soñado. La U otra vez nos dominó, sin mucha profundidad, pero acá existe mentalidad de querer ganarlo todo y eso se nota en cada pelota”. Que pase el siguiente, Vial no es sorpresa.