Después de un año de trabajo y un viaje de miles de kilómetros, cuatro estudiantes de Ingeniería Civil Aeroespacial de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Concepción (UdeC) ya iniciaron su participación en la Misión Asclepios II, operación análoga espacial que se está desarrollando desde el 14 de julio y por dos semanas en Suiza.
Se trata de Tatiana López, primera astronauta análoga de Chile; Nicolás Sepúlveda, jefe del Equipo Científico; Nicolás Ortega, jefe del Equipo de Diseño; y Diego González, oficial de operaciones.
Esta es la segunda edición de la “Misión Asclepios”, un programa exclusivo para estudiantes de todo el mundo que busca entrenar astronautas de forma análoga, liderado por el Instituto Federal de Tecnología de Lausanne con la Agencia Espacial Europea (ESA). Tiene lugar en Sasso San Gottardo, una fortaleza de la Segunda Guerra Mundial que está ubicada en Suiza y donde la base de operaciones simula un ambiente de la Luna, específicamente el Polo Sur Lunar y el grupo de seis astronautas análogos tendrán el propósito de explorar y superar diversos desafíos de la búsqueda de agua. Mientras, desde la Tierra, los otros jóvenes junto con sus equipos tendrán la misión de guiar y controlar la realización de diversos experimentos análogos que ellos mismos han desarrollado durante este año.
La experiencia
Tatiana López, quien también es mentora de la Red Provoca, un programa de AUI/Nrao (socio norteamericano del observatorio Alma) que busca promover y acompañar a niñas y mujeres con vocación Stem, postuló en 2020 para convertirse en astronauta análoga, objetivo que logró con éxito en septiembre de 2021 y es la única latinoamericana que conforma la tripulación de astronautas llamada Atlas, integrada por jóvenes de 21 a 28 años de distintos países. El primer paso al llegar a la base ha sido aislarse dos días, “debido a que antes de ir al espacio todos hacen una cuarentena para asegurarse que nadie tenga alguna enfermedad que sea contagiosa, es para la seguridad de la misión”, ha contado la estudiante.
Durante las dos semanas el único punto de comunicación de los miembros de la tripulación será con el centro de control, periodo en el que tienen un itinerario que incluye ejercicio, trabajo en experimentos y salidas extra vehiculares.
Uno de los aspectos que destaca Tatiana López es el entrenamiento a todo nivel que han recibido, que incluye el médico para que puedan afrontar efectivamente si se presenta una emergencia. “Aprendimos desde a suturar a saber cómo tomar ecografías, porque hay experimentos que requiere saber el ecógrafo. Así como también todos los procedimientos de emergencia en caso de que algo pase”, detalla. En cuanto a la alimentación cuenta que debe ser muy liviana, ya que es comida liofilizada: “es un tipo de deshidratación, con la característica, que se deshidrata en segundos en vez de horas y tiene 0% de agua a diferencia de la deshidratada, que todavía tiene un porcentaje de agua, esto significa que cuando le agregamos agua helada o caliente, se rehidrata y se convierte en nuestra comida”, comenta.
Cabe destacar, además, que la estudiante de la UdeC es la encargada de las comunicaciones entre la base y el centro de control, desde donde serán monitoreados durante las dos semanas. “Las comunicaciones estarán retrasadas por unos segundos. Igual estaremos contando todo lo que estamos haciendo, por ejemplo, si los objetivos de los experimentos se están cumpliendo o en el caso de que haya alguna emergencia con algún experimento. Al final, el objetivo de nuestra misión es la búsqueda de agua en el Polo Sur lunar y si podemos usarla como agua potable, para proteger las paredes de la radiación o como combustible para las futuras misiones a Marte”, explica para cerrar.
