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Vecinos de Aníbal Pinto afirman que sensación de seguridad tras poda de árboles creció: mejoró la iluminación

Diario Concepción
Fotografía: Raphael Sierra P.
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A medida que cae la tarde en pleno centro penquista, las luces de las luminarias urbanas cobran protagonismo. Pero hasta hace unas semanas, esa iluminación parecía insuficiente en sectores como calle Aníbal Pinto, especialmente entre Cochrane y San Martín, donde la frondosidad de los árboles dificultaba la visibilidad durante la noche.

Hoy, gracias a una reciente campaña de poda, varios vecinos y trabajadores del sector aseguran que la situación ha cambiado, y con ello, su percepción de seguridad.

Según informó el alcalde Héctor Muñoz, la medida forma parte de un contrato especial vigente por cuatro meses, de los cuales ya han transcurrido dos y medio.

“Hasta la fecha hemos intervenido 25 cuadras, además de atender situaciones de emergencia”, explicó el jefe comunal. “La proyección es llegar a unas 15 cuadras más, priorizando sectores donde hay árboles de gran altura o en mal estado, que representan mayor riesgo de caída”, agregó.

Pero la iniciativa no apunta únicamente a prevenir accidentes derivados de la caída de ramas. De acuerdo con Muñoz, la poda también tiene un impacto directo en la seguridad pública del centro penquista.

“Esta labor no solo tiene un impacto en la seguridad personal evitando que ramas puedan caer sobre personas o vehículos, sino que también mejora la seguridad pública, al despejar luminarias y cámaras de televigilancia que se veían obstaculizadas por el follaje”.

Mirada desde los ojos de un peatón

Víctor, quien trabaja como parquímetro en la mencionada cuadra, valora el cambio: “Aquí ha cambiado bastante la iluminación con la poda de los árboles. Yo me voy de acá a las 7 de la tarde y a esa hora ya está oscuro y se vuelve muy poco visible. Más allá, donde se encuentra un café, hay personas que a esa hora empiezan a armar sus camas y con la oscuridad se vuelve peor, pero ahora sí iluminan mucho más las luminarias, lo que para mí es mejor, por mi trabajo”.

El comentario de Víctor no es aislado. Susana, trabajadora del Café Saboré en la misma calle, también percibe mejoras: “Ha cambiado bastante, ahora se ve mucho más iluminado cuando baja el sol, igualmente siento que eso ha llevado a que la gente ande más cómoda”.

Una sensación compartida por Verónica, del supermercado “El Mercadito”, quien no solo valora la mayor visibilidad sino también el despeje del espacio público: “Se ve mucho más despejada la calle(…) lo que a nosotros nos preocupaba, por el hecho de estar en plena esquina, es el peligro de las ramas, que pudiesen caer encima de algún cliente”.

Para Teresa Arriagada, residente de Aníbal Pinto #36, la poda también representa una mejora en términos de seguridad vial: “Me parece súper bueno que estén podando los árboles, sobre todo estos que estaban muy frondosos a la entrada del edificio. Ahora se ve un poco más iluminada la calle, y eso nos da una sensación de mayor seguridad”.

Diferentes perspectivas

Sin embargo, no todos perciben un cambio significativo. Silvia, trabajadora de la heladería del sector, considera que aún falta mejorar la iluminación en la zona: “Hemos visto cómo han podado los árboles aquí afuera de nuestro local, sin embargo, nosotros nos vamos bien tarde a la casa, e igualmente está oscuro. Dan ganas sólo de caminar rápido para ir a tomar locomoción”.

Desde una mirada más botánica, José Veloso, presidente del Comité de Barrio Cívico de Concepción, pone el foco en la elección de especies arbóreas para el centro de la ciudad.

“Nosotros consideramos que la arborización del centro de Concepción es absolutamente inadecuada, además de que hay una mala elección de especies. Están maltratados y mutilados”.

Veloso propone especies como el Ginkgo biloba, por tratarse de un árbol pequeño, de hoja caduca, que deja pasar la luz solar y no genera la oscuridad asociada a la inseguridad.

Lo cierto es que para muchos transeúntes de Aníbal Pinto, el despeje de ramas ha sido una medida concreta que mejora no solo la visibilidad, sino también la tranquilidad al caminar por el centro de Concepción al caer la noche.