Conocimiento tecnológico, comunicación efectiva, ética profesional, empatía y adaptabilidad están entre las competencias clave para el ejercicio ético, seguro, pertinente, efectivo e inclusivo de la telesalud y telemedicina, y se identificaron en un inédito estudio de académicos locales en miras a impulsar avances en Biobío y Chile en un ámbito cada vez más crítico.
“Dimensiones asociadas a competencias en telemedicina y telesalud en profesionales de la salud: revisión exploratoria” es el artículo publicado en la revista Medwave para plasmar los resultados de la investigación de especialistas del Observatorio Regional de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (Ucsc) y del Centro Regional de Telemedicina y Telesalud del Biobío de la Universidad de Concepción (UdeC), y que ha sentado las bases para la formación de personal capacitado para dar una atención remota de alta calidad, necesidad vital hoy.
Atención de calidad
Jacqueline Ibarra, autora correspondiente del estudio e investigadora Ucsc, releva que telesalud y telemedicina son clave para facilitar distintos procesos y reducir brechas de acceso, las que pueden afectar desde diagnósticos al control de afecciones y calidad de vida de las personas.
Hay situaciones en que la presencialidad no es reemplazable, como un examen de laboratorio o intervenciones físicas, pero afirma que múltiples atenciones en distintas especialidades y condiciones se pueden realizar a distancia, de la mano de nuevas tecnologías y plataformas digitales. Así aparecen múltiples beneficios, sobre todo para territorios rezagados, desde evitar desplazamientos hasta optimizar uso de recursos y acortar largas listas de espera a especialistas.
Pero, el formato virtual depende de herramientas y dinámicas diferentes al presencial que deben manejarse para la entrega adecuada y buenos resultados. “La telesalud no es sólo una cuestión técnica; requiere de una comprensión integral de lo humano, ético y comunicacional”, afirma la directora de Postgrado de la Facultad de Medicina y del Núcleo Científico Tecnológico de la Ucsc.
Bajo ese escenario surge el estudio para establecer competencias esenciales que deben tener los profesionales de la salud para practicar la telesalud y telemedicina. La académica expone que no estaban sistematizadas ni reconocidas formalmente, si bien existían listados de habilidades, conocimiento y actitudes.
El equipo revisó la literatura y analizó 36 artículos publicados de 2013 a 2023 en bases de datos internacionales para generar una pionera sistematización.
En específico, se identificaron 12 dimensiones fundamentales que abarcan aspectos como informática, alfabetización digital, cooperación interprofesional, seguridad de la información, comunicación, atención culturalmente competente y actitud positiva frente a la telemedicina. El estudio resalta que competencias como razonamiento clínico, empatía, protección de datos y toma de decisiones compartida son clave para garantizar una atención centrada en el paciente.
Aportar a la salud
Este artículo es el primero fruto de una línea de investigaciones que permitió elaborar un manual de competencias de telesalud y telemedicina para profesionales, que ya tiene derecho de autor, para promover marcos formativos adaptados a las realidades locales.
“El manual se va a entregar a las 33 comunas del Biobío. La idea es que llegue a quien tiene que llegar, porque no sacamos nada con hacer investigación y generar material si queda guardado en las oficinas de académicos, necesitamos que sea ocupado por profesionales”, manifiesta Ibarra.
El potencial de impacto que se espera es impulsar decisiones, acciones y políticas para fortalecer la atención remota, y así aportar a mejorar el sistema de salud y al bienestar social en la Región.
En esa línea, asegura que como equipo están abiertos a entregar la capacitación donde requieran.
Proyecto interuniversitario
El trabajo de investigación se enmarca en un proyecto FIC-R de alto impacto de tres años de ejecución que partió en 2022, liderado por la UdeC a través de la doctora Angélica Avendaño que dirige la Unidad de Telemedicina, en conjunto a la Ucsc.
La iniciativa, financiada por el Gobierno Regional del Biobío, estableció los grandes objetivos de mejorar la calidad y acceso a servicios del sistema de salud regional, de la mano de la innovación y transformación digital, para beneficiar el bienestar de la comunidad e impulsar el desarrollo local. Para avanzar en ello se definieron cuatro ejes, desde lo asistencial, a la I+D+i y educación.
Una de las apuestas e hitos clave fue implementar en la UdeC al primer Centro Regional de Telemedicina y Telesalud del país para brindar atenciones. Además, se instaló el Observatorio Regional de Salud Digital a cargo de la Ucsc, orientado a levantar información y seguir iniciativas de telesalud y telemedicina en la zona.
La investigadora Jacqueline Ibarra expone que en el inicio del Observatorio el primer reto científico fue compilar evidencias para crear una base sobre la situación del área que sustentara el trabajo, detectando un vacío en las competencias formales necesarias para ejercer adecuadamente estas prácticas.
Era imperante llenarlo. Y relata que así comenzó una rigurosa y profunda revisión de data disponible en Chile y el mundo que se sistematizó, lo que se plasmó en el primer artículo publicado. Luego, se avanzó en otras investigaciones y encuestas para ahondar en conocimientos y competencias en el área, como también reconocer brechas en la formación de nuevos profesionales o capacitaciones.
Un importante cúmulo de información recopilada que el equipo de investigadores trabaja en analizar y sistematizar para redactar nuevos documentos y artículos. En una senda que se proyecta seguir con el Observatorio instalado en la Ucsc.
Avanzar desde la universidad
En las evidencias obtenidas del análisis de la situación local uno de los aspectos críticos fue la percepción de bajo nivel de conocimiento en telesalud y telemedicina, tanto de profesionales como estudiantes universitarios. Además, la investigadora releva que notaron una escasa solicitud de capacitaciones desde los centros asistenciales a los Pladeco.
Además, hay falencias en las mallas curriculares de medicina y carreras del área de la salud, siendo generalmente ramos optativos o un campo de especialización posterior.
En este marco, para impulsar el avance de la telesalud y telemedicina en la Región con un capital humano especializado, la académica es enfática: “las mallas curriculares de todos los profesionales de la salud deben incorporar esta temática, no sólo medicina, no debería haber una carrera que no tenga al menos una asignatura que no hable de telesalud y telemedicina”.