Lo que en otros tiempos habría sido una rareza, hoy es un nuevo mapa culinario y económico que transforma el rostro del centro penquista.
La globalización no solo ha llegado en forma de productos tecnológicos o tendencias de consumo: también lo ha hecho en platos. Y es precisamente en la diversidad gastronómica donde se observa uno de los fenómenos del comercio local.
En calles como O’Higgins, Barros Arana y Paicaví, proliferan pequeños locales que apuestan por sabores internacionales, liderados muchas veces por migrantes o emprendedores que traen consigo recetas, técnicas y cultura.
La variedad de precios, formatos y experiencias que ofrece este nuevo panorama culinario ha permitido que los locales se posicionen como una alternativa rentable y competitiva frente a las grandes cadenas de comida rápida.
La apuesta japonesa que crece en Concepción
Un ejemplo de este fenómeno es Inugami, un local de comida japonesa nacido de la pasión compartida por la cultura nipona. Su sub chef y socio, Diego Urquiza, relata que el proyecto comenzó con un grupo de amigos que cocinaban ramen de manera informal. Hoy, a dos años de abrir sus puertas, el local no solo planea su expansión a un espacio más amplio en Lincoyán #23, sino que busca transformarse en un centro cultural con galería de arte y merchandising temático.
“La especialidad es el ramen, pero también el takoyaki, que son bolitas de masa rellenas de pulpo. Hemos tenido una respuesta muy buena del público y estamos en crecimiento”, comenta Urquiza. La apuesta por una experiencia gastronómica auténtica y diferenciadora ha permitido que Inugami se proyecte más allá del rubro alimenticio, articulando un modelo de negocios nuevo.

Foto: Raphael Sierra
De Estambul a Paicaví: la consolidación de la cocina turca
La comida turca también ha sabido ganarse un espacio entre los penquistas. En Paicaví #395, el restaurante A la Turca lleva 13 años funcionando y goza de una clientela fiel, atraída por su sabor exótico y precios accesibles.
Carlos Díaz, administrador del local, destaca que el menú gira en torno a preparaciones con carne y al popular falafel, opción vegetariana que gana terreno entre el público joven. “Nuestra carta parte desde los $4.500 y va hasta los $7.000, lo que nos hace muy competitivos. La gente valora la relación precio-calidad”, señala.

Foto: Raphael Sierra
Dulces, shawarmas y resiliencia: la propuesta siria
La autenticidad también se convierte en una herramienta de diferenciación. Así lo entiende Sufiam Alajrad, dueño de Siriana, quien desde 2017 ha desarrollado una propuesta basada en la comida callejera siria: shawarmas, falafel, dulces árabes y salsas para untar.
“Partimos en Prat, agarramos clientela y nos dimos cuenta que a la gente le gusta probar cosas nuevas. Además, nuestros precios están por debajo de la comida rápida tradicional”, destaca Alajrad. Este enfoque ha permitido sostener el negocio y fidelizar una clientela que valora lo novedoso y accesible.

Raphael Sierra P.
El barrio Chino en Concepción
En Barros Arana #1115, se encuentra un local de comida china, que lleva durante años atendiendo a los penquistas que van por el plato estrella del lugar, la carne mongoliana. Así lo expresó, Mauricio Flores, quien es garzón del restaurante “Chinatown”, quien comentó que “aquí es un lugar muy familiar, ya que ofrecemos menú del día, por lo cual muchas personas acuden acá a la hora de almuerzo y es el fuerte que nosotros queremos promover y de esa forma nos hemos instaurado como una buena opción en el horario de almuerzo”.
Tacos y Pozole: la autenticidad mexicana
Otra historia que refleja la fusión entre identidad cultural y oportunidad económica es la de Tacos La Wera. Paula Pavéz y su familia, oriundos de Michoacán (México), comenzaron con un foodtruck y hoy operan un local que se esmera en ofrecer una experiencia genuinamente mexicana, alejada de los estereotipos visuales más comunes.
“Nuestro plato estrella es el tatemado, pero también ofrecemos pozole, birria y sandwiches mexicanos. La idea es que la gente pueda conocer nuestra cultura desde el sabor, con precios populares”, comenta Pavéz. Esta fórmula ha permitido al local no solo consolidarse, sino expandir su clientela más allá del público habitual.
“Aquí nos preocupamos de no caricaturizar la cultura de México, las personas que vengan al local se darán cuenta que no tenemos catrinas ni todas esas cosas que las asocian a nuestra tierra, pero que en verdad no son tan mexicanas, por eso nuestra decoración se centra en el México autóctono, con los charros, mariachis, la festividad de los muertos, pero siempre respetando las tradiciones”, agregó Paula.
La presencia de estos y otros locales internacionales en el centro de Concepción no solo es una muestra del intercambio cultural , sino también una evidencia clara del dinamismo económico que puede surgir desde las pymes.