Ese reconocimiento significaría blindarlo frente a presiones inmobiliarias y asegurar su protección legal en el tiempo, declaran los vecinos.
Desde el año 2019 la comunidad de Hualqui ha sostenido un mismo anhelo. Quiere que el humedal Veguita de la Virgen sea declarado como “Urbano” bajo el amparo de la Ley 21.202.
En el portal de humedales del Ministerio del Medio Ambiente (MMA), este cuerpo de agua se describe como un ecosistema natural intervenido por actividades de agroganadería y urbanización.
“En los potreros o vegas, que constituyen el humedal y que colindan con poblaciones urbanas se encuentran sectores con agua permanentes y semipermanentes con suelos de bajo o nulo drenaje en laderas de escasa pendiente, rodeados de cerros bajos con plantaciones principalmente de pinos y eucaliptos”, especifica el documento.
Seis años después, el expediente aún permanece en trámite dentro del MMA, bajo la Solicitud N°194, en estado de “análisis de antecedentes”, según consta en la plataforma oficial de humedales urbanos de la institución estatal.
Cosmovisión mapuche
La lentitud del proceso ha generado frustración entre los vecinos y liderazgos comunitarios que han asumido esta causa como una misión de vida.
Para la dirigenta mapuche, Mónica Leal Marilao, el vínculo con el humedal trasciende lo administrativo. Ella explica que fue su cosmovisión la que la guió a emprender esta lucha, a través de señales que comenzaron a manifestarse hace más de una década.
Recordó que en 2013 recibió mensajes, aseguró, a través de sus sueños que le indicaban la necesidad de realizar ceremonias en el territorio. A partir de entonces, junto a machis y mensajeros espirituales, comenzó a levantar guillatunes en la Veguita, interpretando estos llamados como un mandato de la naturaleza y de sus ancestros.
En 2015, relata, otra señal reforzó esa convicción. Esa manifestación fue decisiva para que la comunidad indígena a la que pertenece tomara la decisión de consagrar el lugar como un espacio cultural y espiritual.
“Cuando se levantó, la asociación tomó la decisión de proteger el espacio. O tratar de protegerlo porque el espacio no es nuestro. Nosotros somos mandados”, explicó.
Para ella, la defensa del humedal no responde a intereses particulares, sino a un deber transmitido por fuerzas superiores que la orientaron a no desistir en este camino.
Trabas durante el proceso
Ese mandato espiritual se ha sostenido a pesar de los obstáculos. Mónica recuerda la resistencia que enfrentaron en los primeros años para que la Municipalidad tramitara la solicitud.
Afirmó que la entonces administración municipal demoró en enviar los oficios y que incluso llegó a evadir reuniones clave.
Eso ha sido uno de los factores que explican la lentitud del proceso, sostuvo Leal. Aun así, “la comunidad persistió en el trabajo administrativo, logrando que la solicitud ingresara y fuera declarada admisible en 2022, aunque hasta ahora sigue pendiente de resolución final”, contó Leal.
El valor de Veguita de la Virgen no se limita a sus 14,5 hectáreas, compuestas por vegas y suelos saturados de agua que conectan con los esteros La Araucana y Hualqui.
Para Mónica, ese territorio es un espacio vivo, dotado de memoria cultural y espiritualidad, donde el agua, la flora y la fauna forman parte de un tejido sagrado que sostiene la vida.
Cada ceremonia realizada allí ha sido, en sus palabras, un acto de agradecimiento y de reafirmación de que el humedal no pertenece a nadie, sino que las comunidades sólo son guardianas encargadas de cuidarlo.
Hoy, con el cambio de administración municipal, la líder ha buscado nuevos caminos para fortalecer la protección del humedal.
Ha iniciado gestiones con instituciones como la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi) del Ministerio de Desarrollo Social y Familia, esperando que intercedan ante el actual alcalde, Ricardo Fuentes, y que se logre mayor compromiso político.
Aunque valora la disposición del jefe edilicio a involucrar al Ministerio del Medio Ambiente en los estudios técnicos, teme que las consideraciones urbanísticas reduzcan el alcance de la protección.
Desde su visión, las tensiones sobre perímetros o limitaciones al crecimiento urbano son secundarias frente a la misión más profunda. “Tiene que ver con resguardar un espacio consagrado por la espiritualidad mapuche”, concluyó Leal.
Visión municipal actual
Por su parte, el alcalde de Hualqui, Ricardo Fuentes, señaló que su administración tiene interés en avanzar en la protección del humedal, pero subrayó que se debe ser cuidadoso con el perímetro que sea declarado urbano.
“Generalmente, el perímetro que corresponde a los humedales hecho por el MMA, son muy grandes. Entonces no te permite hacer nada en su entorno. Ni ampliar poblaciones, generar parques o urbanizar el sector”, declaró el alcalde Fuentes.