Bolsas plásticas, restos de electrodomésticos oxidados y montículos de desperdicios acumulados forman parte del paisaje en muchos vertederos ilegales de la región del Biobío. En muchos casos, la basura es incluso quemada para reducir su volumen, liberando gases tóxicos que contaminan el aire y afectan la salud de las personas que viven en las cercanías. Aunque este problema es visible, su impacto muchas veces pasa desapercibido.
En la comuna de Chiguayante tres vertederos ilegales se encuentran actualmente bajo sumarios sanitarios. Estos se ubican en los sectores de Estero Leonera Viejo, Los Castaños y 8 Oriente. Sin embargo, esta situación se repite en distintos puntos del Biobío, donde la acumulación de residuos irregulares se ha convertido en una amenaza constante para el medioambiente.
La Ley 20.879, vigente desde 2015, sanciona el transporte de desechos hacia vertederos clandestinos: “El que encargue o realice, mediante vehículos motorizados, no motorizados o a tracción animal, el transporte, traslado o depósito de basuras, desechos o residuos de cualquier tipo, hacia o en la vía pública, sitios eriazos, en vertederos o depósitos clandestinos o ilegales, o en los bienes nacionales de uso público, será sancionado (…)”, establece la normativa.
Las multas van desde las 2 hasta las 150 unidades tributarias mensuales. Aún así, las sanciones no han sido suficientes para detener la proliferación de estos focos de contaminación.
Efectos medioambientales
Los vertederos ilegales generan múltiples impactos: contaminación del suelo, del aire y del agua, alteración de ecosistemas y riesgos sanitarios para las personas.
Ricardo Barra, Doctor en Ciencias Ambientales y Director del Centro de Ciencias Ambientales EULA-Chile, señaló sobre el vertedero Los Castaños ubicado en Chiguayante: “Hay un vertedero que está inmediatamente al lado del río. Entonces es muy esperable que mucha de la contaminación que está siendo liberada de ese vertedero esté llegando directamente al río Biobío”
Barra agregó que otros efectos son la atracción de vectores como ratones, roedores, entre otros, además de los malos olores “sobre todo en estos periodos que empieza a hacer más calor y temperatura, porque en ese vertedero están ocurriendo una serie de reacciones químicas que, lamentablemente, llevan a la formación de gases”.
De esta manera, los residuos contienen una gran diversidad de contaminantes, como plásticos, compuestos orgánicos volátiles, metales, y otros elementos que representan la contaminación que generamos como sociedad.
Así, la existencia de estos lugares significa también un riesgo para la salud de la comunidad, debido a la transmisión de enfermedades infecciosas, contaminación del agua y el suelo, riesgos por microplásticos que pueden invadir el cuerpo humano, y otras implicaciones a largo plazo.
Problemas con el agua
En redes sociales, se generó una polémica respecto de la contaminación que pueden generar en el agua la presencia de vertederos en la orilla del Río Biobío, dado el consumo humano que existe desde dicho afluente.
Ante el riesgo de polución del río y el impacto en las fuentes de agua y el sistema de saneamiento de la región, Essbio declaró a Diario Concepción:
“Los sistemas de abastecimiento y saneamiento que opera Essbio cumplen estrictamente con la normativa vigente, asegurando el suministro de agua en cantidad y calidad adecuadas. Nuestros puntos de captación, tratamiento y distribución son permanentemente controlados, 24/7, y no existen interferencias ni riesgos para la calidad del agua que entregamos a nuestros clientes. Cabe señalar que existen otros sistemas de abastecimiento —como soluciones particulares o rurales— que están fuera del ámbito de responsabilidad de Essbio y que podrían verse más expuestos a este tipo de problemáticas”.
Impacto en flora y fauna
La ambientalista María Isabel Garcés, de la corporación “Más árboles y menos basura”, indicó que los vertederos ilegales afectan el equilibrio natural de los ecosistemas: “La fauna lamentablemente confunde la basura con alimento, ingiriendo plásticos y otros materiales que les provocan graves problemas de salud e incluso la muerte”.
De igual manera, muchos animales (como insectos, peces, aves y mamíferos) quedan atrapados en plásticos, redes o envases abandonados, lo que les perjudica al querer moverse, alimentarse o respirar, disminuyendo sus posibilidades de supervivencia.
Hacia una gestión sustentable de residuos
Ricardo Barra señaló que se debe evitar que existan estos sitios y argumentó que actualmente existe un sistema de gestión de residuos domiciliarios mucho más moderno, “porque estos son vertederos que llevan algunas décadas de antigüedad, pero en realidad es un tremendo problema y que tenemos que abordarlo. Esos residuos tienen que ser removidos de ahí, llevados a un vertedero de relleno sanitario normal”, destacó.
Por su parte la ambientalista María Isabel Garcés considera que, para lograr una gestión de residuos más sustentable, es necesario reforzar la protección y fiscalización de espacios naturales: “Es crucial destinar mayores recursos para la protección efectiva y real de los espacios de alto valor natural. Esto incluye mejorar la vigilancia y la capacidad para sancionar de manera rigurosa a quienes eliminan basura y generan vertederos en estas áreas”.
Asimismo, recalcó la importancia de fortalecer la educación ambiental integral, señalando que es imprescindible “incrementar y fortalecer la educación ambiental en todos los niveles, desde la infancia hasta la vida adulta”, esto con el objetivo de generar en las personas la conciencia, el conocimiento y las herramientas necesarias para una gestión responsable de sus residuos.