En las últimas semanas han sido varios los avistamientos de ballenas en la costa local. Si bien esto no es algo extraño o ajeno a la zona, en un tramo muy acotado de tiempo se ha intensificado el número de apariciones y registros.
La norma internacional llama a mantener ciertas distancias dependiendo de la especie de ballena que sea observada, pero, aun así, permiten una experiencia emocionante para los habitantes y turistas del borde costero del Biobío.
Fernanda Silva Andrades, guía de turismo profesional y fundadora de Turismo Chome Aventura (Hualpén) que ofrece el servicio de paseos en lancha, comentó que “nos llama la atención que hay bastante comida, sobre todo en la zona de las bahías por eso creemos que las ballenas se han mantenido en ese lugar”. Además, Silva explicó que todas las temporadas son distintas.
Según la experiencia de Fernanda, en el hemisferio sur la temporada de avistamientos va desde septiembre a abril, pero también las ha observado en otoño o invierno.
“Este año, por ejemplo, en otoño e invierno vimos muchas ballenas Fin que es la segunda más grande, lo cual es distinto a otras épocas. Antes veíamos 3, hasta 8, pero este 2025 vimos incluso 15 individuos, lo cual igual fue inusual”, describió.
Sobre las ballenas que más ve en la zona contó que “la ballena Sei que es la tercera más grande del mundo, la más rápida de todas”. Igualmente, mencionó de varias otras que pasan por estas costas, de las cuales Silva, en su rol de guía turística, también realiza una labor de educación sobre conservación y resguardos que deben tenerse por norma con cada especie.
“Les comentamos a los pasajeros que las ballenas están protegidas por ley en nuestro país y hay que cuidar distancia, dependiendo de la especie. Sobre los 100 metros, con la ballena Sei y con la ballena Jorobada; a 300 metros, la ballena azul; y si vemos ballena Franca Austral, como no se puede ver desde el mar, solamente nos alejamos de su ruta al darnos cuenta”, detalló.
La guía afirmó que si aparecen ballenas, en su embarcación se las observa en paralelo, no se cruza por delante o atrás, el motor lo mantienen en neutro y se les indica a los pasajeros que no deben gritar. “La mayoría de ellos se alegra, he visto muchos turistas lloran al ver una ballena. Hasta a mí me emociona bastante verlas, aunque las he visto todos los años, pero siempre me emociona bastante”, comentó.
Desde la Ciencia
El Dr. Luis Bedriñana, investigador del Centro COPAS-Coastal de la Universidad de Concepción, detalló que la principal especie que se ha visto por estos días, y en los últimos años, corresponde a la ballena Sei que es una especie que se distribuye comúnmente entre aguas subtropicales, temperadas y subpolares. “Sus rutas migratorias son poco conocidas y pueden ser bastante irregulares. Existen registros de esta especie en todo Chile, pero en los últimos años existen bastantes sobre todo desde la Región del Biobío al sur”, afirmó.
En base a las comunidades costeras que a través de grupos de WhatsApp han generado una red de avistamientos, el doctor en Biología Marina comentó que han podido constatar muchos avistamientos de esta especie en el Biobío y Los Ríos, entre otros lugares del sur.
“En términos de prospecciones científicas formales, investigadores e investigadoras de diversas instituciones (…) hemos registrado que la Región de Magallanes presenta varias zonas deagregación para esta especie, destacándose el Estrecho de Magallanes donde existen registros durante todo el año”, describió.
Respecto a la posibilidad de que se sigan dando estos avistamientos, el Dr. Bedriñana apuntó que “las ballenas Sei como muchas otras ballenas, utilizan lugares altamente productivos donde pueden encontrar grandes cantidades de alimento, aunque no se sabe mucho sobre la dieta en Chile de esta especie, la Región del Biobío ofrece varias especies potenciales para que se alimenten en grandes cantidades, desde especies del plancton como langostinos, krill y copépodos, hasta pequeños peces”.
En ese sentido, el científico explicó que al observarse un alto número de ejemplares en un área es posible que se deba a una gran cantidad de oferta de alimento. “Lo que conlleva a que estos cetáceos permanezcan en el área durante periodos prolongados”, expuso.
“Cabe destacar que es sabido por estudios en otros lugares del mundo, que las ballenas Sei pueden aparecer en grandes cantidades y desaparecer rápidamente sin que se entiendan las razones de porque sucede esto”, refirió Bedriñana.
En cuanto a la distancia que debe mantenerse para su avistamiento en embarcaciones, el académico estableció que “existe un reglamento que para esta especie establece que no debe acercarse dentro de un radio de 200 metros”. Además, es importante que se haga a baja velocidad, siempre desde atrás de la ballena, y no acosar a las ballenas con más de una embarcación a la vez a su alrededor, no perseguirlas si estas presentan una conducta evasiva.
“Jamás se debe interponer una embarcación entre una hembra y su cría o incluso entre dos adultos que se desplazan juntos. Las ballenas en general no son animales agresivos, por lo que el riesgo para las personas proviene fundamentalmente de los actos de las mismas personas”, aseguró y aclaró que una colisión no sólo dañaría al animal, incluso podría tener consecuencias fatales para las personas por la dimensión de la especie.
Este traslado de ballenas frente a Biobío en mayor cantidad, tiene varias posibles explicaciones para el investigador. “Por un lado, la recuperación de sus poblaciones tras el cese de la caza ballenera durante la década de los 80 en Chile, podría estar provocando que vuelvan a las zonas que utilizaron hasta el advenimiento de esa industria”, indicó.
En un segundo punto, señaló que “el cambio climático puede estar provocando cambios en la distribución de sus presas”.
Finalmente, argumentó que la cantidad de personas que hoy viven en la costa de Chile también ha aumentado. Por lo que, con medios audiovisuales de registro, permiten la obtención de una mayor cantidad de datos.