Coinciden en la crisis, pero difieren en el acceso: Mientras la abanderada oficialista busca perfeccionar el SAE; el republicano propone eliminarlo y reinstalar la selección.
El balotaje para la segunda vuelta presidencial llega con la educación como parte del debate. Los programas de Jeannette Jara (Partido Comunista) y José Antonio Kast (Republicano) coinciden en que el sistema atraviesa uno de sus momentos más críticos en décadas, pero ahí termina el consenso: cada candidatura ofrece un camino opuesto sobre qué hacer y cómo debe responder el Estado.
Esa diferencia se expresa desde el diagnóstico. Jara afirma que la educación debe “recuperarse como un derecho que da confianza y oportunidades”, con foco en equidad y fortalecimiento público. Kast, en cambio, habla de una “emergencia educativa” marcada por retrocesos en aprendizajes, violencia escolar y pérdida de autoridad.
Diagnósticos de la educación en Chile
Para Jara, esta crisis tiene raíces estructurales: brechas de equidad persistentes, infraestructura deteriorada y un currículo que ya no dialoga con el siglo XXI. Su programa afirma que “el origen socioeconómico sigue condicionando fuertemente las oportunidades”, por lo que se requiere una acción estatal robusta que aborde desigualdades que se arrastran por décadas.
El análisis de Kast se mueve en otra dirección. Su relato sostiene que en los últimos años “se destruyeron los incentivos al esfuerzo” y que reformas recientes “expulsaron a los padres del proceso educativo”. Según el Plan Patines, esta situación derivó en un sistema “centralizado”, dominado por una burocracia estatal que habría debilitado la excelencia y la disciplina escolar.
Dicho contraste se expresa con fuerza en el futuro de los Servicios Locales de Educación Pública. Ya que Jara propone “corregir las falencias” y consolidar la Nueva Educación Pública mediante financiamiento estable y equipos profesionales. Para su candidatura, los SLEP deben madurar hacia un modelo capaz de garantizar calidad, continuidad y una gobernanza territorial sólida.
José Antonio Kast, en cambio, describe los SLEP como un “colapso de gestión estatal”. Su documento cita el caso en la Región de Atacama, donde un paro docente de 82 días dejó miles de estudiantes sin clases, y plantea que esta estructura “replicó y agravó las fallas de la antigua municipalización”. Su propuesta apunta a intervenirlos, reducir la burocracia y devolverles autonomía a los establecimientos.
Así, mientras Jeannette Jara entiende el fortalecimiento estatal como condición para mejorar calidad y equidad, Kast lo asocia al problemático protagonismo de un Estado ineficiente. El trasfondo es nítido: para una candidatura, la educación pública debe ser motor de cohesión; para la otra, el sistema necesita que las familias recuperen el control sobre la trayectoria escolar.
Sistema de admisiones y convivencia en el aula
La admisión escolar es otro de los puntos de mayor tensión. Jara mantiene el Sistema de Admisión Escolar, aunque propone ajustes técnicos basados en la “Mesa Técnica SAE 2025”, con el objetivo de sostener equidad y transparencia. Para su programa, evitar mecanismos de selección directa es clave para no reproducir las desigualdades de origen.
Por su parte, el candidato de la derecha plantea lo contrario: “poner fin al SAE” y restituir la selección por proyecto educativo. Su documento acusa que la admisión actual opera como “tómbola”, una frase política que sintetiza su crítica al carácter aleatorio del sistema en escenarios de exceso de postulaciones. En su modelo, el mérito volvería como principal criterio de ingreso a cualquier establecimiento educacional.
En este ámbito, ambos proyectos representan lógicas opuestas. Mientras la candidata oficialista enfatiza el acceso equitativo y la eliminación de filtros que segregan, Kast insiste en que es necesario “devolver a los padres el derecho a decidir” y permitir que cada establecimiento configure un perfil propio. La disputa no es solo técnica: define qué se entiende por justicia educativa.
La convivencia escolar también los distancia. Jara impulsa un “Plan Nacional de Salud Mental Escolar” con equipos multidisciplinarios de psicólogos, trabajadores sociales y orientadores, gente que busque prevenir las situaciones de violencia y apoyar a estudiantes y docentes vulnerables a estas complicaciones. Su enfoque parte de una premisa clara: sin bienestar, no hay aprendizaje sostenible.
Kast, en cambio, plantea “recuperar el orden y la autoridad en la sala de clases”. Su programa vincula el deterioro de la convivencia con vacíos normativos y pérdida de disciplina. Cita más de “11.000 denuncias por violencia escolar en 2023”, para subrayar la urgencia de medidas correctivas más estrictas y de reforzar el rol del profesor como figura de autoridad.
Enfoques curriculares y calidad en la educación superior
En materia de calidad educativa, Jara apuesta por una actualización curricular “para el siglo XXI”, incorporando ciudadanía digital, educación financiera, crisis climática y afectividad. Su propuesta incluye formación docente, tecnologías y una red nacional de establecimientos innovadores. Busca un sistema más flexible, interdisciplinario y conectado con cambios globales.
Sin embargo, Kast privilegia otro enfoque: recuperar aprendizajes fundamentales y “desideologizar las aulas”. Su programa identifica asignaturas como lenguaje, matemáticas y ciencias como eje de la excelencia académica. Propone expandir los Liceos Bicentenario como polos de exigencia y restituir la lógica del mérito como articulador del esfuerzo escolar.
En infraestructura, Jara plantea una meta cuantitativa de alto impacto: “modernizar y dignificar al menos 1.000 establecimientos” mediante una política de Estado con horizonte plurianual. El plan considera sostenibilidad, accesibilidad, equipamiento y prioridad para zonas rurales y territorios rezagados, retomando una inversión estructural interrumpida por dos décadas.
Kast no presenta una meta equivalente en volumen, aunque propone recuperar liceos emblemáticos y fortalecer establecimientos de alto rendimiento. Su estrategia es focalizada y se inscribe en un modelo selectivo que busca consolidar escuelas de excelencia antes que intervenir de manera masiva en la red pública nacional.
En educación superior, Jara propone aumentar la matrícula pública —un 9 % anual en universidades estatales y 15 % en Centros de Formación Técnica—, ampliar la BAES a estudiantes cuyos hogares tienen ingresos bajo los $750 mil y crear un sistema para “superar el endeudamiento estudiantil”. Por otro lado, JAK prioriza la sala cuna universal y una reasignación del gasto, cuestionando la expansión de la gratuidad sin nuevos recursos.
En suma, ambos programas delinean horizontes casi irreconciliables entre sí. Jara profundiza un Estado garante que busca reducir desigualdades estructurales, modernizar infraestructura y ampliar derechos educativos. Kast impulsa una contrarreforma que reinstala selección, disciplina y libertad de enseñanza como ejes del sistema. La decisión del balotaje definirá cuál de estos modelos guiará el futuro educativo de Chile.
Contraste de las propuestas
Desde el comando regional de Jeannette Jara, el senador Gastón Saavedra advierte que las propuestas de Kast en admisión escolar tendrían efectos regresivos en territorios como el Biobío. Frente a la idea de terminar con el SAE y restituir la selección, Saavedra afirmó que el riesgo es “volver a segregar”, señalando que, si bien “la tómbola no lo ha resuelto todo”, el sistema requiere mejoras sin renunciar a la inclusión.
“Tenemos que fortalecer la educación, pero también que haya incursión y no segregación”, explicó.
Respecto del diagnóstico republicano sobre un supuesto colapso de los SLEP, Saavedra sostiene que esa lectura es exagerada y políticamente orientada. Asegura que los problemas más graves “fueron en lo particular, en algunos casos de Copiapó”, pero que en la mayoría de los territorios “están funcionando bien” y deben consolidarse progresivamente. A su juicio, Kast “quiere terminar con la educación pública más que fortalecer o mejorar lo que hay”, mientras la NEP aún está en proceso de instalación total en la región.
Pese a haberles consultado sobre estas temáticas, al cierre de esta edición, el comando de José Antonio Kast aún no emitió una respuesta.