Tras la crisis industrial que significó el cierre de Huachipato, la Región del Biobío se abre paso hacia un nuevo horizonte económico: los Centros Corfo, espacios concebidos como distritos de innovación y laboratorios de emprendimiento de alto impacto.
Estas iniciativas forman parte del Plan de Fortalecimiento Industrial del Biobío y buscan convertir a la zona en un polo de referencia en materia tecnológica y de emprendimientos dinámicos.
La directora del Comité Corfo Biobío, Roberta Lama Bedwell, explica que estos centros se conciben como respuesta estratégica para modernizar la matriz productiva regional, “generando un ecosistema donde la innovación aplicada y la transferencia tecnológica sean protagonistas”. Según detalla, la meta es que el Biobío deje de depender de rubros tradicionales y se proyecte hacia sectores emergentes como la manufactura avanzada, el hidrógeno verde y los servicios tecnológicos exportables.
De la industria pesada a la economía del conocimiento
De acuerdo con lo que señalan desde Corfo, se ha proyectado USD 35,2 millones de inversión en los próximos 10 años para la iniciativa de Anillos Industriales, un mecanismo que busca articular grandes empresas con pymes locales en torno a la innovación. Como señala la directora Lama, la idea es “crear polos de desarrollo donde la colaboración empresarial no solo genere demanda, sino también conocimiento compartido y valor agregado”.
La estrategia también contempla el Startup Labs Regiones, que podría instalar en Concepción un campus de referencia nacional para emprendimientos de base científica y tecnológica. El proyecto considera infraestructura especializada y la articulación con fondos privados de capital de riesgo, un aspecto que hasta ahora ha sido débil en la región.
Centros con sello regional
Entre los proyectos ya delineados se encuentra un Centro de Monitoreo Satelital, orientado a nanotecnologías y robótica, que pondrá al Biobío en la vanguardia de la industria 4.0. “No se trata solo de laboratorios de última generación, sino de instalar capacidades que posicionen a la región en mercados globales”, enfatiza Lama, destacando que los micro y nanosatélites desarrollados aquí podrían fortalecer la competitividad en el marco de la revolución digital.
Además, se proyecta la creación de un Distrito Industrial de Emprendimientos Tecnológicos, que comenzará a diseñarse en 2025. Este espacio reunirá capacidades de exportación de servicios, incubadoras de negocios y un campus especializado en startups de base científica. Según la directora de Corfo Biobío, la apuesta es “consolidar un hub de innovación industrial que integre infraestructura, financiamiento y talento local”.
Una oportunidad para los productores
El plan no se limita a la industria tecnológica. Dentro de la Medida 29 del Plan de Fortalecimiento Industrial, Corfo trabaja con empresas como Walmart para abrir espacios de comercialización a emprendedores agroalimentarios y del mar. La iniciativa busca facilitar el acceso de productores locales a las cadenas de retail, fortaleciendo encadenamientos productivos y aumentando la competitividad de alimentos con valor agregado.
“Queremos que el Biobío no sólo exporte materias primas, sino alimentos diferenciados, con innovación y trazabilidad”, explica Lama.
Exportar talento desde el Biobío
Solo en 2023, desde Talcahuano se exportaron más de USD17 millones en servicios calificados, un dato que respalda la orientación hacia mercados globales. Para Lama, este es un ejemplo concreto de cómo la región puede reposicionarse: “El desafío es que esos servicios no sean esfuerzos aislados, sino parte de una estrategia regional de innovación”.
Con estas medidas, el Biobío busca dejar atrás la dependencia de la industria pesada y abrirse camino hacia una economía del conocimiento. Como lo resume la directora de Corfo Biobío, “no se trata solo de reemplazar lo que se perdió con Huachipato, sino de construir un ecosistema productivo más sofisticado, sostenible y con mayor capacidad de competir en mercados internacionales”.