La emergencia forestal del pasado febrero arrasó con todo a su paso, testigo de ello fueron los vecinos de Carrizales, en Ránquil. Hoy, comienzan una nueva etapa en sus vidas, proceso donde el trabajo colaborativo es clave.
Sin embargo, la tragedia también ha traído consigo una muestra de solidaridad y cooperación entre vecinos y organizaciones locales.
La comunidad ha unido fuerzas para ayudar a los más afectados, trabajando juntos para reconstruir viviendas y recuperar el medio ambiente. Es en estos momentos de adversidad donde la colaboración y el apoyo mutuo se hacen más necesarios y valiosos que nunca.