Los restos de Soraya Sepúlveda, salieron de la casa de su madre, en villa Jazmín este jueves, agolpada de gente. Cerca de 500 personas la acompañaron, algunos tuvieron el agrado de conocerla, otros simplemente se remecieron con su historia y no quisieron quedar ausentes.
El recorrido continuó con dirección a la Iglesia Nuestra Señora del Carmen, en plena Plaza de Penco, ahí el espacio se hizo insuficiente y un centenar de personas las esperaba a las afueras del templo. Más de una hora duró el responso, luego de eso, en caravanas los asistentes siguieron el carro fúnebre.
Soraya, una de las 15 víctimas de la forma más extrema de violencia contra la mujer que se han registrado en el país a la fecha, fue sepultada en un nicho del bock 40 del Cementerio Parroquial de Penco.
En el lugar su padre, Iván Sepúlveda, le dedicó sentidas palabras: “Desde tu nacimiento fuiste la alegría más grande de mi vida, jamás me imaginé que el destino decidiera que fuera yo quién te enterrara a ti y aquí estoy. Hija te amo y siempre te recordaremos con tu alegría”, dijo en medio de la multitud.