El Obispado de Chillán confirmó la acusación que pesaba contra el sacerdote Renato Toro Medina por abuso sexual contra un menor de edad.
A través de un comunicado, la iglesia local informó el término de la investigación eclesiástica, iniciada el 29 de junio, concluyendo que “los hechos denunciados son verosímiles”.
De acuerdo a La Discusión, los abusos investigados por el Obispado se remontan a los años 1983 y 1984.
Los antecedentes del caso serán remitidos a la Congregación para la Doctrina de la Fe, en Roma. Mientras, el religioso permanecerá suspendido “del ejercicio público del ministerio sacerdotal”, medida que cumplía desde el inicio de la indagatoria.
Renato Toro Medina ya había cumplido una condena por el delito de abusos a menores, entre los años 2012 y 2015, la que fue determinada por la Congregación para la Doctrina de la Fe, señaló el Obispado.
En un caso paralelo, el Colegio Padre Hurtado de Chillán determinó suspender a su capellán, el sacerdote Héctor Bravo, de quien ya se conocía una investigación canónica por presunto abuso sexual de un menor.