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Bioinvasiones: educar desde la infancia como clave para controlar la gran amenaza a la biodiversidad

Diario Concepción
Fotografía: Cedida
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La vida y dinámicas en todo tipo de ecosistemas están siendo afectadas por las especies exóticas invasoras, una de las mayores amenazas para la conservación de la biodiversidad y bienestar global.

Y en las invasiones marinas una de las principales vías de introducción es el tráfico marítimo, con muchas naves que se desplazan por distintas zonas geográficas y biológicas. Sea adheridos a redes y superficies como casco de barcos o en el agua de lastre, organismos pueden transportarse y llegar a un ambiente nuevo donde pueden prosperar en desmedro de especies nativas.

Ese complejo fenómeno ecológico se aborda de forma lúdica y emotiva para educar a niños y niña e impulsar transformaciones socioambientales en el nuevo cuento “Aster y el silencio del mar”, cuyo autor es el biólogo marino, magíster en ecología y doctor en sistemática y biodiversidad Javier Pinochet, quien investiga sobre la bioinvasión marina a nivel local.

Cuento para educar

El doctor Pinochet, investigador de la Facultad de Ciencias de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (Ucsc), explica que el texto se basa en la evidencia y busca acercar conceptos relacionados a la biología marina, ecología de las invasiones e importancia del océano para promover su cuidado y conservación.

El relato, con coloridas ilustraciones, se centra en Aster, una estrella de mar, junto a otras especies como personajes que se desplazan a distintos puntos del océano de diferentes maneras, como a través de redes o cascos de embarcaciones, mientras van descubriendo los impactos de ser especies exóticas y la relevancia del mar con su biodiversidad nativa.

El autor destaca que el libro recientemente publicado por Ediciones Ucsc tiene como público objetivo a escolares de quinto a octavo básico, y tiene copias disponibles tanto en dependencias de la casa de estudios como distintas librerías.

Necesidad de concientizar

El nuevo material nació desde su interés de acercar el conocimiento sobre un tema de relevancia global y local, y como idea se materializó a partir de un proyecto Fondecyt Regular que estudia este fenómeno del que participa Pinochet.

El investigador explica que las bioinvasiones ocurren cuando una especie se naturaliza en un ambiente del que no es autóctona, es decir, sobrevive, se reproduce, prolifera y establece poblaciones.

Es complejo, porque puede generar efectos en la biodiversidad nativa. Las especies exóticas pueden competir con las nativas, comerlas y matarlas, y a la vez generar efectos económicos”, advierte.

Las especies invasoras se caracterizan por su resiliencia, son capaces de cruzar barreras biogeográficas y aumentar su rango de distribución. Y cuando se asientan en un ambiente pueden competir por espacios o alimento, depredar, transmitir patologías y generar presiones que terminan desplazando y/o afectando la supervivencia de especies nativas.

Y siempre la acción humana causa la introducción de especies exóticas, intencional o accidental. Por ejemplo, animales como castores o salmones o árboles como pinos se trajeron a Chile con fines específicos y luego se expandieron, animales exóticos interesan como mascota y han terminado en ecosistemas silvestres, o pueden venir organismos en naves.

En este contexto, el investigador reconoce lo crucial de llegar a la comunidad y desde etapas tempranas con estos contenidos para educar, concientizar y mitigar este grave problema.

Es fundamental que la comunidad, y especialmente los niños que son la base, tengan el conocimiento sobre la relevancia de las invasiones. Hoy muchas de las que ocurren son sin intención, como ha pasado con la tortuga de orejas rojas que la gente tiene de mascota y termina botando en lagos o ríos, y son especies exóticas que se pueden transformar en invasoras. Si educamos a la sociedad generamos prevención”, manifiesta.

Y para llegar de forma más significativa a niñeces y públicos diversos releva como crucial usar recursos atractivos, que en este caso se materializa como un cuento ilustrado.

Bioinvasiones en el mar

“Bioinvasión marina y bioseguridad en la costa sureste del Pacífico: detección temprana y mecanismos antrópicos y naturales de introducción, propagación e invasión” es el título del Fondecyt Regular del que participa Javier Pinochet, en cuyo desarrollo surgió la idea de crear un cuento infantil para abordar la temática. Este proyecto es liderado por el doctor Antonio Brante, también vicerrector de Investigación y Postgrado de la Ucsc, y tiene cuatro años de ejecución que culminan en 2023.

Pinochet cuenta que los objetivos principales son identificar especies invasoras en puertos, determinar el efecto de los barcos en la introducción y generar métodos para definir los barcos más riesgosos para mejorar el monitoreo. A este alero se han desarrollado pioneros estudio, como uno que analizó el contenido del agua de lastre de barcos que llegan a puertos nacionales.

Las evidencias son concluyentes. “En las invasiones marinas los barcos son el principal vector para el transporte de especies, mediante estos pueden trasladarse de China a Chile. Y es claro que en Chile tenemos el problema de las invasiones marinas”.

Amenaza global

Tal es la magnitud del impacto de las bioinvasiones que son una de las cinco principales forzantes de pérdida de biodiversidad, una de las graves crisis que afectan al planeta junto al cambio climático y contaminación.

Los daños se cuantificaron en el “Informe de Evaluación sobre Especies Exóticas Invasoras y su Control” que en 2023 publicó la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (Ipbes), a cargo de un equipo de expertos que tuvo como presidente al doctor Aníbal Pauchard, académico de la Universidad de Concepción.

El análisis de más de 13 mil trabajos concluyó que se han introducido más de 37 mil especies exóticas en ecosistemas de todas las regiones del mundo y más de 3.500 son altamente invasivas; las invasiones tienen un rol relevante en 60% de las extinciones de especies y actúan como único impulsor en 16%; y casi 80% de los impactos documentados de las especies invasoras alteran los servicios ecosistémicos o contribuciones de los ecosistemas para las personas y el bienestar social como proveer alimentos y recursos.

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